El psicólogo Ramón
León Donayre, ex mentor mío, gran amigo y excelente persona; publicó en el
fondo editorial de la Universidad Ricardo Palma un trabajo intitulado La Escena Primaria en el Perú. Imágenes
sociales de Atahualpa, Francisco Pizarro, Huáscar y Diego de Almagro. Su
objetivo era desenmarañar las percepciones que tienen los peruanos, a través de
un estudio psicométrico, sobre los cuatro personajes en torno de los cuales
gira el inicio de nuestra historia como nación, que se construye sobre las
ruinas del incanato. Gentilmente aceptó ser entrevistado y tras un proceso de
edición, podemos presentarles el siguiente diálogo:
Por ejemplo en Chile, he encontrado que la gente posee un
conocimiento mucho mayor que el que poseemos acá o un conocimiento adecuado. No
se trata de saber la fecha de tal o cual batalla. Pero sí tener en la cabeza,
al menos, los nombres centrales de los personajes más importantes.
La verdad es que no estoy seguro, pero creo que tiene que
ver con la reforma educativa en la que se ha mezclado la historia del Perú con
cosas que ocurrieron en otras partes. Pero creo que la mezcla no ha dado lugar
a nada, porque si le preguntas a un chico sobre Rosseau, sobre Voltaire, sobre
Descartes, sobre Napoleón, sobre Trotsky o Carlomagno; tampoco estará en condiciones
de responder. Tiene que ver tal vez también con la crisis grande de la educación
peruana.
Eso tiene que ver justamente con el mito de que el incanato fue
un período de gloria y felicidad y que el imperio incaico era consolidado e
integrado como lo pudo haber sido el imperio romano u otomano. Eso es
evidentemente un mito. Por otro lado, nos hemos identificado con los invadidos,
pero nuestra identificación no llega a los planos donde debería llegar. Los
invdadidos eran indios, pero según nuestra mitología eran otros indios. Hay la
idea de que los indios del incanato se degeneraron, se vinieron abajo y
apareció otra raza. Es una idea por supuesto falsa.
Se le puede ver así. Yo diría que es más el hecho de que
todo lo que había valido hasta el día de la conquista, dejó de ser válido. Todo
lo que había sido importante, los parámetros de la existencia de la población
andina. Pasó a ser lo equivocado, lo falso, lo no deseado y lo prohibido. Pero
ese hecho no significa que la gente adoptara automáticamente otra pauta de
vida. Persistió, como en efecto ocurre hasta el día de hoy, una cultura en la
sombra, que recién ahora empieza a manifestarse con los movimientos
intensamente etnocentristas. Sobre la segunda parte de la pregunta, tenemos la
idea de que somos mestizos. Tú lo ves como narcicismo y se puede ver así,
porque en la medida que soy más europeo que tú, soy superior a ti (en el Perú).
Perfecto. Yo lo vería más como el resultado de la tragedia de no saber qué
somos, o peor aun, de la tragedia de sí saber qué somos y querer negarlo. Ahí
habría que tomar la frase de Luis Alberto Sánchez, que decía que el Perú es un
país de cholos, que no se expresa como tal.
Te preguntaba aquello porque en la
página 112 podemos apreciar que las primeras características que destaca la
muestra tanto de Pizarro como de Almagro son: soberbio, fuerte, racional y
moderno y las últimas: honesto y democrático. La primera que destacan tanto en
Huáscar como en Atahualpa es “rico”, sin embargo, la última de ambos es
“atractivo”.
Eso sí, acepto tu observación. Interesante que vean a
Pizarro y Almagro como modernos. De hecho a partir de su llegada, el Perú se
integra al mundo occidental. Y es interesante observar que Huáscar y Atahualpa
son poco atractivos. Ahora, ¿poco atractivos por qué? Se me viene a la cabeza
esa pregunta. ¿Serán poco atractivos porque son los vencidos? ¿O porque son
indios? Tengo la impresión que los han considerado poco atractivos más por la
derrota.
No, sinceramente no creo. Allí nos encontramos con los
límites del trabajo (como todo trabajo de corte psicométrico). Y acepto la
crítica, además, que me parece muy sólida.
Vargas Llosa es un hombre de mundo. Está por encima de
posiciones de tipo lo hispano contra lo andino. Él señala que en Bogotá, la
calle más importante lleva el nombre de su conquistador. En Quito, hay una
plaza muy importante dedicada también a ese señor. En Asunción ocurre lo mismo.
Creo personalmente, que en los países donde hay una fuerte población andina
existe un fuerte antihispanismo. ¿Por qué no hay un antihispanismo tan marcado
en Uruguay, Argentina y Chile? De repente si hablas mal de España allá, tu abuela
es vasca o catalana. En Guatemala, Bolivia, Ecuador, Perú; en cambio, el
antihispanismo es más marcado. En parte porque fueron centros de mucha
importancia en la época del virreinato y se produjo en éstos países mucho de
los abusos y genocidios. Sobre lo de Pizarro no había reflexionado, no sabría
qué decirte, habría que investigarlo. Me planteas un problema interesante,
sobre el que me gustaría indagar en un futuro estudio.
Yo creo que sí. La solidaridad es el afecto mínimo que une a
las personas. En una sociedad donde no hay solidaridad, es imposible que surga
un sentimiento de nación. Si a ti te pasa un problema y yo digo, eso que le
pasó a Carlos nunca me va a pasar a mí, porque vivo en otro sitio, porque tengo
más plata que él o porque tengo menos plata o vivo en un distrito mucho menos
pobre; y si tú piensas lo mismo de mí, comprenderás que es imposible que tú y
yo nos sintamos solidarios en nada. Y eso me parece que es una cosa que
distingue al Perú. Cuando el drama individual se convierte en drama colectivo,
en ese momento, surge la posibilidad de la idea de nación. ¿Qué es una nación
según una definición clásica? Es un grupo humano que siente que su pasado,
presente y futuro son comunes. Cuando en el Perú hay tantos pasados, presentes
y futuros: el de la clase alta, media y baja; en ese momento la idea de
identidad, no existe.
Claro. Es que Chile históricamente ha sido una nación desde
mucho más temprano que Perú. Sobre considerar la identidad de un peruano como
la de un borderline, me parece que es
una categoría muy audaz la que planteas. Es una sociedad donde hay muchas
identidades y donde el Estado no ha logrado desarrollar una identidad colectiva.
Recién ahora encontramos algunos intentos de formar una identidad colectiva en
base a cosas que son simpáticas, pero sobre las que comprenderás que no se
puede armar una identidad como nación. Cosas como la comida o el Pisco. Yo no conozco más que un solo caso de un país
que ha formado su identidad en torno a un solo objeto: Francia, con el
champagne. Nuestra biodiversidad, no la aprovechamos, de ella sacan provecho
los turistas.
Girard, el antropólogo del “chivo expiatorio” por antonomasia, aseguraba que la vida colectiva se inicia con el sacrificio victimario. Digo esto, porque al final de la página 55 señalas: “Sócrates y Cristo, en su momento, generaron gran admiración incondicional en unos y rechazo total en otros. Su destino fue el mismo: la muerte”. Y más adelante: “Como se sabe, no ha quedado testimonio escrito de sus manos. Todo lo que conocemos de uno y otro es interposita persona. ¿Será que las sociedades aparte de héroes y villanos necesitan personajes casi de leyenda? Estaba pensando en lo que representa Lolo Fernández para los hinchas de Universitario, por ejemplo.
Donde no hay leyendas, es complicado que surgan sentimientos
de identidad. Si no hay leyendas, las creas. Por ejemplo, Checoslovaquia es un
país salido de la nada, se formó a partir de la primera guerra mundial. Los
señores de pronto se vieron unidos y tenían abajo a Austria, arriba a Alemania,
al costado a Rusia y tuvieron que forjar una identidad. Personas como Masaryk,
como Jean Hus, se convirtieron en figuras centrales de un país que salió de la
nada. Como ocurre hoy día en países como Ucrania, que se han liberado del yugo
soviético y de pronto se dan cuenta que los que eran héroes ayer, son hoy día
los villanos y quienes eran los villanos ayer, son hoy los héroes. Como la reivindicación
de la figura de Nicolas II y toda su familia en la Rusia de Putin.
Salvo en el caso de las figuras
paradójicas, los hombres excepcionales suelen ser o totalmente idealizados o
totalmente denigrados. ¿Podrías señalar el caso de algún autor que haya sido
criticado por presentar supuestas psicopatologías en prohombres o virtudes en
personajes despreciados socialmente?
En el siglo XIX en Alemania apareció un trabajo, cuyo autor
se apellida Strauss y el libro que hoy día se lee como una cosa casi normal:
“La vida de Jesús”, provocó absolutamente espanto entre la gente porque
presentaba una imagen científica de Cristo, pero en absoluta contraposición a
lo que la gente de la época pensaba. Presentó la parte humana de Cristo con sus
defectos y cualidades, ensayó especulaciones de lo que pudo haber hecho en la
época en la que no se habla nada en la Biblia. Es complicado presentar el lado
humano de gente excepcional, no recuerdo ninguna biografía en la que se diga
este gran hombre era un bárbaro o un tal. Ahora, hay personajes que
evidentemente son intocables: imagínate lo que pasaría si se escribiese una
biografía de Mahoma. Lo que sí se ha escrito son biografías reivindicatorias,
como las de Franco o Perón. Pero imagínate una biografía real de la virgen
María. Lincoln, a pesar de ser una gran figura, ha sido estudiado desde las
perspectivas más variadas. Todo el mundo sabe que el señor era un neurótico, un
abogado de segundo nivel, que su mujer era una bárbara que le hacía la vida
imposible y que llegó a la presidencia bajo las condiciones más raras; sin
embargo, se convirtió en un prohombre. Es una pregunta interesante la que formulas.
Cierras el libro en la página 158
con el siguiente párrafo: “Por eso, es de esperar que el desarrollo social que
nuestro país pueda alcanzar con el esfuerzo de todos los peruanos los próximos
años, permita dirigir la mirada hacia adelante, hacia el futuro, creando nuevas
escenas, conformando nuevos escenarios que hagan de la escena primaria peruana un recuerdo doloroso, pero que sirvió para
sentar las bases de una nación floreciente.” Y yo lo que quiero agregar es:
Dios te escuche. Muchas gracias, Ramón.
(Risas) Espero que Dios me escuche. Al contrario, muchas
gracias a ti, que debes ser de los pocos que ha leído mi libro completamente.
Fíjate que en ninguna parte he encontrado un comentario de él. Y recuerda que
el tiempo de un joven vale más que el de un viejo. Muchas gracias, Carlos.