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domingo, 10 de marzo de 2013

QUE HUGO CHÁVEZ DESCANSE EN PAZ; QUE VENEZUELA VIVA EN PAZ

El 5 de marzo, Nicolás Maduro informaba al mundo que el mandatario venezolano, Hugo Chávez Frías, había fallecido. La vida de una de las personas más controvertidas de la reciente historia venezolana, se apagaba, víctima del cáncer cuyo desarrollo fue un secreto de estado. Al margen de las implicancias que pueda tener este deceso en el escenario político, la desaparición física de cualquier ser humano promueve la solidaridad de propios y extraños. El dolor de doña Elena Frías y don Hugo de los Reyes Chávez, padres del presidente, así como el de sus hijos, conmovieron a millones en todo el planeta. Se sabe que la Iglesia Católica, duramente atacada por Chávez quien llegó a llamar “troglodita” al Cardenal Jorge Urosa, lo atendió espiritualmente, tal como cuando fue tomado prisionero y su vida corrió peligro durante el breve golpe de Estado de abril 2002.

En Venezuela recuerdan que el 4 de agosto de 2011, Chávez anunció que tenía “fe en Dios, en la Virgen, en los santos, en los espíritus de la Sabana, en los dioses indios” mientras afirmaba que iba a vencer su enfermedad. También fue transmitido a todo el mundo, su mensaje el Jueves Santo pasado cuando dijo entre sollozos: "Dame tu corona Cristo, dámela, que yo sangro, dame tu cruz, cien cruces, pero dame vida, porque todavía me quedan cosas por hacer por este pueblo… dame vida, aunque sea vida llameante, vida dolorosa, no me importa". El sincretismo religioso del país llanero se reflejó también en las palabras de Maduro quien dijo: los que creemos en santos sabemos que José Gregorio Hernández (médico de los pobres en proceso de beatificación) está al lado de nuestro comandante y cuando comentó que esperaba que: “Con toda su fuerza india y mestiza, la reina María Lionza eleve nuestra oración para que veamos a nuestro comandante en tierra venezolana”. El culto popular a María Lionza mezcla ritos y creencias católicas, indígenas y africanas, así como ha absorbido elementos de la religión yoruba, vudú y elementos místicos y teológicos de otros credos. En Venezuela, más de la mitad de la población ha asistido a algún rito de esta heroína.

Mientras Chávez tendrá que rendir cuentas de sus actos para salvar su alma, Maduro se juramentó como Presidente Encargado y postulará a la presidencia en comicios a realizarse en 30 días. Ha nombrado al Ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza (yerno del Comandante Presidente) como Vicepresidente de la República, acto que parece haber quedado digitado por el extinto gobernante. La Venezuela de hoy se encuentra dramáticamente dividida y en crisis. El culto a la personalidad ha sido el eje de la política nacional y la confrontación radical, el método empleado. Los servicios están colapsados, la infraestructura destruida como si hubiera sido bombardeada, la delincuencia azota el país y la escasez de productos de primera necesidad maltratan a un pueblo alegre y hospitalario. Desde luego que los antecesores de Chávez fueron políticos ineptos y corruptos, pero eso no justifica un régimen cada vez más parecido a la dictadura staliniana. La corrupción se ceba en este país sudamericano, cobijando bajo su sombra a una nueva oligarquía, tan mercantilista como la que existía antes de 1999. El boom petrolero no ha servido para desarrollar al país que, contrariamente, ha dado marcha atrás en su desarrollo económico en general. Finalmente, repito lo que he dicho muchas veces antes; no hay dictadura buena. Ningún régimen que se reelige indefinidamente se libra de ser infiltrado por los peores vicios. La democracia, con todas sus imperfecciones siempre será mejor que la más ilustrada de las tiranías. Venezuela merece ser libre, su pueblo espera vivir en armonía y sin temores. Sin un estado policiaco, con justicia e igualdad de oportunidades; redimida por la democracia, sin falsos mesías o dinastías infalibles.