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domingo, 22 de agosto de 2010

¿ES LA RELIGIÓN EL OPIO DEL PUEBLO?



Hoy hablaremos de dos jóvenes sacerdotes polacos, Zbigniew Strzalkowski y Miguel Tomaszek que fueron asesinados por los terroristas de Sendero Luminoso, la noche del 9 de agosto del año 1991, en Pariacoto, Perú. Ellos desafiaron todas las barreras de su época por servir a los demás, por dar sin importar qué recibían, por actuar antes que pensar si habría un costo personal y por mejorar las condiciones de vida de los más pobres entre los pobres.

Según la Comisión de la Verdad y Reconciliación, “fueron víctimas de la violación de su derecho fundamental a la vida cometidos por miembros del Partido Comunista del Perú, el (PCP-SL)” Estos crímenes fueron parte de las acciones terroristas contra instalaciones y miembros de la Iglesia Católica peruana, siendo 1991 el año en que se registraron la mayor cantidad de atentados mortales contra miembros del clero. Ese año fatídico, integrantes del PCP-SL asesinaron a cinco religiosos extranjeros, los mismos que trabajaban con la población más necesitada en áreas marginales o rurales. En el periodo comprendido desde el año inicial de su actividad subversiva 1980 hasta 1992, en que el líder senderista, Abimael Guzmán Reynoso, “Presidente Gonzalo”, fue capturado sin oponer resistencia, también fueron masacrados por las huestes terroristas decenas de pastores evangélicos.

El padre Strzalkowski se preocupaba mucho por los enfermos en Pariacoto, procurando aliviarlos y dándoles atención. Además, frente a la escasez de agua potable estuvo muy activo por encontrar una nueva fuente del líquido elemento para toda la región. El sacerdote Tomaszek, trabajó en la catequesis familiar, se interesó por los niños empezando su labor pastoral en Pariacoto y luego ampliándola a Yaután. A ambos se les veía en el campo, apoyando a los campesinos de la zona en sus labores de labranza y cuidado de los animales, ganándose el cariño y reconocimiento de los habitantes en los dos años de permanencia en el pueblo.

La noche del viernes 9 de agosto de 1991, una columna de senderistas llega a Pariacoto y se dispersaron en busca de las autoridades. Parte de ellos fueron a la casa del alcalde Justino León Maza a quien llevaron al local de la Municipalidad. Otros se dirigieron a la casa parroquial. Se acababa de terminar la misa y los padres conversaban con algunos pobladores sobre las labores que debían realizar el fin de semana en el campo. En ese momento, irrumpen los subversivos y detuvieron a los sacerdotes Miguel Tamaszek y Zbigniew Strzalkwski, quienes también fueron conducidos al local edil. Ante las protestas de los pobladores, uno de los terroristas dijo: ““No se preocupen, volverán, los necesitamos para una acción, por las dudas los atamos”. Inmediatamente los condujeron al local municipal donde les realizaron un “juicio popular” frente a una aterrorizada comunidad de Pariacoto. Los “cargos” fueron: - 1. Al repartir víveres “adormecían” la conciencia revolucionaria - 2. “Frenaban” la revolución con el rezo del Rosario, el culto a los santos, la misa y la Biblia. - 3. A través del Evangelio y de la Biblia engañaban al pueblo porque toda religión es mentira, “el opio del pueblo”. - 4. Proclaman la paz - 5. Son imperialistas y por todo deben morir.

Después se dirigieron a Cochabamba, luego arrojaron una bomba incendiando el puente de Pariacoto. Hacia las 9 de la noche, camino a Pueblo Viejo, los padres y el alcalde fueron sacados del auto y tendidos en el piso, con rostro en tierra, les dispararon cobardemente en un acampado. El P. Miguel y el alcalde recibieron dos tiros en la nuca y el P. Zbyszek, un tiro cerca de la oreja y otro en la parte central de la columna vertebral. Junto a los cadáveres encontraron dos notas en trozo de cartón escrita de forma nerviosa por los asesinos: “Así mueren lo que hablan de la paz y los que lamen el imperialismo”, “¡Viva el PCP!”, “Así mueren los servidores del viejo Estado”. ¡Viva el presidente Gonzalo!”.

Luego de perpetrar este múltiple homicidio, los criminales siguieron en dirección a Cochabamba sorprendiendo a su alcalde. También lo asesinaron, rociaron los autos con gasolina y los incendiaron. Los pobladores decidieron organizar la búsqueda de los Padres. Pasada la medianoche encontraron, en el camino a Pueblo Viejo, los cadáveres del alcalde Justino Masa y los Padres. Dieron aviso al obispado de Chimbote, a cuya Diócesis pertenece Pariacoto y el Obispo Monseñor Luis Bambarén se apersonó a las 6 de la mañana. Llevaron los cadáveres a la iglesia y celebraron la Santa Misa.

El 5 de junio de 1995, por explícita petición de Monseñor Luis Bambarén., y con el apoyo de la Conferencia Episcopal Peruana, la Congregación Vaticana para las Causas de los Santos autorizó la apertura del proceso de beatificación como mártires de la fe

Tiempo después, el propio Abimael Guzmán le confesaría a Monseñor Bambarén que ordenó la muerte de los sacerdotes porque “la religión es el opio del pueblo” reconociendo que la muerte de los religiosos había sido uno de los graves errores de su organización que causó la muerte de más de 60,000 peruanos y pérdidas por más de 15,000 millones de dólares. La conciencia del mundo deberá recordar estos horrendos crímenes y luchar porque nadie sea perseguido y menos aún, asesinado por sus creencias religiosas en cualquier parte del planeta.

5 comentarios:

  1. Estos jóvenes polacos que podrian haber estado en Europa cómodos y seguros, vinieron al Perú a ayudar a la gente necesitada dando un ejemplo de amor por los demás pagando con sus vidas. Son el mejor ejemplo de amor de los tiempos modernos en Latinoamérica y tienen bien ganado un lugar al lado de Dios Padre.

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  2. No soy catolico pero respeto a esos curas que estuvieron con los campesinos pobres ayudandolos en sus tareas de trabajo sin esperar recompensa material.Fueron tan consecuentes que les costó la vida.

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  3. Ricardo y Darío, gracias por sus comentarios.Coincido con ustedes en que estos seres humanos, al margen de sus convicciones que supieron respetar con fidelidad, son un ejemplo para la humanidad por haber dedicado sus vidas para mejorar la de los más pobres y a quienes no les ´pedían nada a cambio. Igual que muchos mártires de sus ideas, esto sacerdotes polacos viven hasta hoy en el recuerdo del humilde pueblo de Pariacoto en el Perú y su ejemplo brilla en todo el mundo.

    Me alientan mucho con su paricipación.

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  4. Los senderistas al parecer no se dieron cuenta que eran estos padres polacos quienes ayudaban más al pueblo oprimido, enseñándoles técnicas sofisticadas de labranza y cuidado de los animales; a diferencia de ellos que lo único que hacían era infundir pánico y terror.

    Viva el anarcoliberalismo!

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  5. Ese es el problema de los fundamentalistas de todos los signos. Su sectarismo los ciega y terminan dañando más a aquellos que dicen defender. Por esa razón, Sendero Luminoso se alejó del pueblo, perdió legitimidad social y murió de inanición. En su camino a perder, mataron, destruyeron, mutilaron y trastocaron a toda una nación. Qué diferencia con la lección de vida de los padres Miguel y Zbigniew.
    Gracias Julián por ser un colaborador de este blog.

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