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jueves, 25 de agosto de 2011

COSTA RICA SANCIONA EL ACOSO SEXUAL

Lo que antes podía considerarse como una galantería de un jefe ante una dama, que se agradecía al menos con una sonrisa, hoy puede ser considerado como abuso de poder, hostilización, recorte del derecho laboral o acoso sexual. Este último incluye tanto molestias como abusos que pueden involucrar actividad sexual. Ocurre típicamente en los centros de trabajo u otros ambientes donde ofrecer negativas u objeciones puede generar consecuencias negativas. El acoso típico es el tacto indeseado, pero incluye comentarios lascivos, discusiones sobre superioridad de sexo, bromas sexuales, concesiones sexuales para mejorar estatus laboral, etc.
Las noticias de Costa Rica nos traen el caso de un caballero que fue jefe de reclutamiento y selección en el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), institución rectora en materia de los derechos de la niñez y adolescencia de ese país centroamericano.
Se ha sostenido hace muchos años sobre la impertinencia de utilizar frases como “cariño”, “mi amorcito” o “preciosura” en los espacios laborales, con mayor razón si se trata de un jefe realizando entrevistas de trabajo y eso es lo que ocurrió con el Licenciado Manuel Quirós de 53 años, quien reclutando personal para la citada entidad, tuvo expresiones como “qué bonitos camanances” mientras tocaba la cara de una postulante. Camanance es un costarriqueñismo que significa hoyuelo que se forma en las mejillas o en la barbilla de algunas personas al hacer ciertos gestos.
Hoy, los magistrados de la Sala Segunda ratificaron el despido del ex jefe de Reclutamiento y Selección del Patronato Nacional de la Infancia, luego de dictaminar que el funcionario incurrió en un acoso contra la mujer que acudió a una entrevista de trabajo el 9 de enero del 2003. El empleado, quien tenía más de 20 años de servicios ininterrumpidos, fue separado del cargo por la Junta Directiva del PANI, el 17 de mayo de 2004, tras la denuncia interpuesta por la mujer. “No cabe duda que el actuar irrespetuoso del recurrente limitó el derecho al trabajo de la denunciante, pues ante tan difícil situación, prefirió no mostrar interés en algún puesto de trabajo", concluyó la Sala en su sentencia. Además, expresaron que la afectada estaba bajo una relación de poder. El fallo que determina la casación señala que los hechos denunciados son contrarios a la integridad física y a la dignidad humana, que generaron un daño psicológico y moral a la ofendida, quien manifestó sentirse incómoda con lo sucedido. La resolución del Tribunal señaló que el ex jefe debía mantener condiciones de respeto con las personas que atendía en su condición de servidor público.
Este proceso data de noviembre de 2004, en el Juzgado de Trabajo de Goicoechea. El funcionario había solicitado su reincorporación al puesto, el pago de los salarios no percibidos, así como los daños y perjuicios, pero el 8 de mayo del 2008 fue declarada sin lugar. Apeló la sentencia, pero el Tribunal de Trabajo de Goicoechea confirmó lo resuelto en primera instancia. Quirós formuló un recurso de casación ante la Sala Segunda el 27 de noviembre del 2009, donde han confirmado la sentencia, al considerar que las declaraciones dadas por la mujer afectada merecen credibilidad, pues no hubo contradicciones. Actualmente, el licenciado Manuel Quirós aparece como Jefe de Personal en la página web de la Municipalidad del cantón de Tibás, pequeño cantón de la provincia de San José, con 80 mil habitantes.
Queda claro que los jefes enamoradores que aprovechan su poder para acosar a las empleadas a su cargo lo pensarán dos veces antes de abusar de su condición de poder. Esperemos que, por igualdad de género, ocurra lo mismo con las mujeres que cometan similares atentados contra la dignidad humana.

2 comentarios:

  1. Así que mucho cuidado con pasarse de listos con las secretarias a esos viejitos verdes...

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  2. Adriana, te agradezco que nos escribas. Creo que no solo los "viejitos verdes" sino todos, debemos tomar conciencia que no se puede acosar a nadie que esté subordinado o dependa de nosostros. Eso no sólo denigra al acosado, sino fundamentalmente al acosador.

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