CORONEL ROLANDO TAPIA |
El Tribunal de Garantías Penales ecuatoriano condenó a tres años de prisión al coronel Rolando Tapia, ex jefe de la Escolta Legislativa, al declararlo culpable por atentar contra la seguridad del Estado durante los hechos del 30 de septiembre de 2010 en la Asamblea. Los policías Patricio Simancas y Mario Flores, en su calidad de cómplices, recibieron 18 meses; y Francisco Noboa, Carlos Tasinchana y Marco Tibán (hermano de la asambleísta Lourdes Tibán), como encubridores, 1 año.
Esta sentencia es parte de la serie de repercusiones que tuvo el motín policial del 30 S. A Tapia se le condena debido a que los policías de la escolta tomaron el edificio obstaculizando la sesión de trabajo. Un intenso conflicto se dio debido a esto entre asambleístas y policías. Una asambleísta sufrió asfixia y golpes en la nariz. Luego de forcejeos y negociaciones con los asambleístas oficialistas y opositores para que atendieran las demandas de los huelguistas, los parlamentarios pudieron ingresar y la escolta se comprometió por su seguridad. La crisis política se produjo ese día cuando subalternos de la Policía iniciaron una protesta suspendiendo sus labores, bloqueando carreteras y la pista del Aeropuerto Internacional. Estas medidas se realizaron contra la Ley de Servicio Público, aprobada el día anterior, la cual afectaba a los policías.
El Presidente, Rafael Correa, acudió al regimiento de policía y aseguró de manera exaltada que no se iba a dar marcha atrás con la ley. Esto molestó a los policías que acusaron al mandatario de soberbio y originó un caos en el que fue lanzada una bomba lacrimógena teniendo que colocársele una máscara. Además resultó lesionado de una rodilla recién operada. El Presidente fue llevado hacia el hospital de policía adyacente al lugar de los hechos que fue luego rodeado por policías protestantes. Correa informó que estaba secuestrado y declaró un estado de excepción argumentando golpe de Estado, que movilizó a las Fuerzas Armadas y responsabilizando a la oposición. Hacia la tarde, los líderes del partido de gobierno, Alianza PAIS y ministros de Estado, convocaron a los simpatizantes de Correa a movilizarse, una multitud se formó frente al Palacio Presidencial y otra frente al Hospital.
Alrededor de las 9 de noche se produjo una incursión militar en el hospital, ordenada por el presidente desde el mediodía. El ejército retiró a Correa quien había estado allí 10 horas. El operativo contó con la participación de 900 efectivos. En distintas partes del país se reportaron manifestaciones, disturbios y saqueos. Al día siguiente el Ministro de Salud dijo que la crisis había dejado ocho muertos y 274 heridos.
A partir de ese momento se ha intensificado un copamiento de las instituciones militares y policiales por parte del poder político así como una serie de reformas que concentran aún más el poder en Rafael Correa quien viene gobernando Ecuador desde enero de 2007, modificó la constitución en 2008 y resultó nuevamente electo para el periodo 2009-2013. Ha enfrentado a los ecuatorianos entre el pueblo y los pelucones (adinerados). Expulsó al gerente del Banco Mundial, se negó a seguir negociando el TLC con EEUU, revisó los contratos petroleros, etc. Ecuador enfrenta demandas por 4,600 millones de dólares en el exterior, la prensa se queja de hostigamiento permanente del régimen y realizó un referendum en 2011, planteando 10 preguntas confusas para el elector con el fin de poner más presión contra la oposición de su país y controlar los resortes del poder.
En pocas palabras, el gobierno de Correa cada vez se parece menos a una democracia y se asemeja más a la dictadura de Chávez.