En ocasiones el trastorno obsesivo compulsivo se manifiesta con una predominancia de las obsesiones (incluso en ausencia de rituales compulsivos), otras veces con un malestar más significativo proveniente de las compulsiones y también de forma combinada, con una intensidad similar tanto de unas como de otras.
La terapia conductista se centró en eliminar las compulsiones (conductas de neutralización) con la intención de que desaparezcan tanto éstas como las obsesiones. Sin embargo, dos aspectos la vuelven insuficiente para tratar todos los casos de TOC: 1) que algunos pacientes no realizan conductas de neutralización y 2) que si bien los pacientes son conscientes de que sus obsesiones carecen de sentido (y, por tanto, no hace falta que los convenzan de ello); existen creencias que favorecen el mantenimiento del TOC y obstaculizan el trabajo de la terapia conductista. Esas creencias, a diferencia del contenido específico de las obsesiones, se pueden y han de ser reestructuradas (en eso consiste la terapia cognitiva del TOC). Tómese en cuenta que están relacionadas con intolerancia a la incertidumbre, perfeccionismo, responsabilidad excesiva, sobreestimación de las amenazas, intolerancia al malestar emocional y sobreestimación de la importancia de los pensamientos.
Por su parte, la corriente de Aceptación y Compromiso (ACT), describe la problemática TOC haciendo énfasis en la evitación experiencial: el paciente, realiza los rituales, ya que está dispuesto a todo con tal de no entrar en contacto con los eventos privados que le están perturbando (obsesiones, ansiedad, temor a las consecuencias…). Sin embargo, pierde el rumbo de su vida, porque al estar completamente centrado en no experimentar ningún tipo de angustia, se aleja de las cosas que le resultan valiosas y no hace nada por alcanzar sus metas. A su vez, los esfuerzos frenéticos por aliviar el dolor psíquico terminan por lo general agravándolo (con el efecto rebote, sumándole a la ansiedad inicial, la ansiedad ante la posibilidad de experimentar ansiedad, aumentando la probabilidad de la respuesta compulsiva, agregando sintomatología depresiva, etc.). Por consiguiente, propone que hay que aceptar el dolor como algo inevitable y esto permitirá 1) paradójicamente reducir el dolor psíquico y 2) acercar al individuo al cumplimiento de sus metas y su realización personal, pese al malestar emocional residual.
Veamos al famoso Youtuber El Dinosaurio sin corbata, abordando este complejo tema.
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