Soraya
Riffy es el
nombre artístico de una joven de 21 años que vive en París. Ella es estudiante de enfermería y en las noches trabaja
como bailarina oriental en los
denominados “café de cachimba”,
también llamados de narguileh, hookah, shisha o arguile. Son locales, propios del
oriente en los que se fuma tabaco picado
con diferentes sabores y aromas en estos utensilios. Muy de moda en Europa
y Estados Unidos, son una muestra del mestizaje cultural y sana
convivencia en los que además se venden tragos soft y piqueos. Soraya es la menor de 6 hermanos de una familia
argelina iraquí y confiesa que se ha hecho agrandar los senos, los que hoy son
exuberantes, y operado la nariz. Su sueño siempre fue destacar en la
televisión y tentó participar en muchos realities hasta que fue aceptada en el
programa francés Touche pas à mon
poste! (TPMP) que traducido al español significa algo así como Las manos fuera de mi post. Dice ser
musulmana y practicante estricta del Ramadán, pero muestra sus atributos
físicos más allá de lo que los seguidores del Corán aconsejan. Afirma
haber sido alumna destacada en la escuela y vivir “…una relación complicada…”
con su pareja.
Jean-Michel Maire nació en Vosgos (departamento francés ubicado en el noreste) y ha
sido periodista político, corresponsal del conflicto de Bosnia y director
de Radio de Figaro. En radio y televisión trabajó en Virgin Radio y
Enora Malagré, entre otros.
Ambos personajes han
protagonizado un escándalo televisivo de proporciones que ha trascendido a la
farándula francesa, es tema central en redes sociales y hasta en esferas
gubernamentales. Sucede que en el programa Touche pas à mon poste! (TPMP) en Canal 8, dirigido por Cyril
Hanouna, se hizo una parodia del robo que sufriera Kim Kardashian el
pasado 3 de octubre en París, ciudad a la que asistió para participar
en los desfiles de la Semana de la Moda de París.
Soraya hacía las veces de la “Socialité”
y Jean Michel el papel de su salvador. Al finalizar el sketch, Hanouna
preguntó a Soraya si Jean-Michel podía besarla a manera de
recompensa por su actuación, ante lo que la actriz se niega. Luego el conductor
francés se acerca a su rostro pidiendo “un piquito” que generó un nuevo
rechazo. En ese momento, baja la cabeza y besa fugazmente uno de sus senos.
El resultado de esta acción
es la indignación inmediata entre televidentes y grupos feministas, quienes
califican el hecho como “acoso sexual
transmitido en directo para todo el país”. El Consejo Superior Audiovisual
de Francia, CSA, viene tramitando más de 300 denuncias relativas
a este incidente. La socialista Laurence Rossignol, Ministra de la
familia, infancia y derechos de la mujer ha escrito en su cuenta en Twitter que:
"Incluso en los shows de entretenimiento, cuando una mujer dice 'no', es
no. He contactado a la CSA por este ataque sexual". En tanto Maire
se disculpó públicamente, Soraya expresó que “no merece ninguna sanción,
a pesar de sus impulsos masculinos". Lo cierto es que la joven ha pasado
de ser una desconocida a una celebridad, publica varios selfies al día y vídeos de sus entrenamientos en el gimnasio. Ella no
esconde que siente que la tan anhelada fama ha llegado a sus puertas.
En Tolerancia Real
somos muy enfáticos en decir que nadie tiene derecho a acosar o bromear con una
persona que ha expresado su negativa. No puede ser aceptable que alguien invada
la intimidad por más que una mujer luzca prendas provocadoras e insinuantes. El
no, solo debe entenderse y aceptarse como no. Más allá de los involucrados en
este caso y sin pretender sumarnos a un linchamiento mediático, que no compartimos,
creemos que se debe ser inflexible en el respeto irrestricto a los demás y no
buscar justificaciones a los atropellos como “se lo buscó” o “qué otra cosa
podía esperar”.