Kenia y los países del llamado Cuerno de África, Somalia, Etiopía, Eritrea y Yibuti sufren la peor crisis del mundo en la que se conjugan desnutrición, sequía y encarecimiento de los alimentos. A estos problemas se agregan los conflictos armados y el incremento de los refugiados que ya superarían los 500,000. El segmento más perjudicado por el hambre lo constituyen más de 18 millones de personas de estos países, de los cuales 2 millones son menores de 5 años. Según la Unicef, faltan 105 millones de Euros para evitar el colapso de esta población vulnerable, en un momento en que los gobiernos y los donantes han reducido la ayuda o no la pueden materializar por restricciones de acceso a las zonas afectadas. Esta cifra es similar a la que gasta EEUU en 40 días de su campaña contra el régimen de Gadafi en Libia, lo que demuestra que hay plata y falta voluntad.

Según estimaciones de la FAO, el 30% de los niños de esta región padecen de desnutrición aguda, los alimentos han subido en 270% respecto del año pasado y la ONU estaría declarando la hambruna en la región. Esta última definición significa la muerte de 2 personas por cada 10 mil, diariamente y una tasa de emaciación, en niños menores de 5 años, mayor de 30% (adelgazamiento extremo). Por su parte la sequía ha llevado a pobreza extrema a los nómadas dedicados a la agricultura y a criar animales, quienes están por perderlo todo. Finalmente, el agregado de la guerra, obliga a los que sufren por hambre y sequía a refugiarse en campamentos paupérrimos en Kenia y otros vecinos, donde se pueden pasar hasta 12 días sin una ración alimenticia.

En este contexto Francia, a nombre del G 20, pidió a la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), una reunión a fin de decidir urgentes medidas de ayuda internacional para hacer frente a esta crisis alimentaria en el Cuerno de África, que incluyan alimentos, semillas, ganado, agua y medicinas. También solicitaron que la próxima reunión de ministros de Asuntos Exteriores y de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, se apruebe una acción efectiva para apoyar a los países protagonistas de la crisis.

En este blog siempre hemos denunciado las injusticias que se dan en diferentes puntos del planeta. En la entrada del 29 de diciembre de 2010, por ejemplo, decíamos algo que cobra dramática actualidad: “Esperamos que nos comprometamos de verdad, sin medias tintas ni fariseismos, que una vida humana vale lo mismo en Buyumbura, Burundi que en Manhatan; en Puerto Príncipe, Haití que en Bruselas; en Kabul, Afganistán que en Berlín; en la Franja de Gaza de Palestina que en Tel Aviv. Que trabajemos para que nadie muera de hambre, desnutrido, sub-alimentado, enfermo y sin medicinas, mientras otros padecen obesidad mórbida porque la gula los envuelve”. Un orden injusto, es un orden que vivirá en sobresaltos y que está condenado a morir, posiblemente con la misma violencia con la que oprime. Es hora de acción y no del bla, bla, bla. Mientras leías esta entrada, un niño más, moría de hambre. Si vivieras en Africa, podría haber sido tu hijo.