Para el año que viene debemos esperar que la humanidad sea capaz de mostrarse menos violenta, insensible, autodestructiva e intolerante. Que los pobres se sientan capaces de ir revirtiendo su condición y se persuadan que no tienen un oscuro designio que los mantendrá en la inopia perpetua. Que sepan que el cambio que esperan lo deben gestar ellos mismos y que nada bueno se consigue sin denuedo y titánicos impulsos. Que los ricos se enteren que cada día que pasa con abismos descomunales entre ellos y los indigentes, aumentan las posibilidades de ser invadidos, asediados y perturbados en su tranquilidad. Que los fuertes comprendan que el abuso es revelación de debilidad propia de los que van a caerse no muy tarde y los débiles asuman que la unión hace la fuerza.
Esperamos que nos comprometamos de verdad, sin medias tintas ni fariseismos, que una vida humana vale lo mismo en Buyumbura, Burundi que en Manhatan; en Puerto Príncipe, Haití que en Bruselas; en Kabul, Afganistán que en Berlín; en la Franja de Gaza de Palestina que en Tel Aviv. Que trabajemos para que nadie muera de hambre, desnutrido, sub-alimentado, enfermo y sin medicinas, mientras otros padecen obesidad mórbida porque la gula los envuelve.
Que en 2011 hagamos esfuerzos reales por desterrar la intolerancia sea cual fuere su origen y sus pretextos. Que las dictaduras, de izquierda y de derecha, todas malas, todas crueles, todas perversas, no tengan espacio en un mundo con voluntad democrática. Que Alá no persiga a Jesús. Que Jesús no odie a Buda. Que Buda no deteste a Moisés. Que la Toráh no combata al Corán. Que el dinero no siga siendo un ser supremo, sin alma, sin madre y sin principios. Que quien crea en el amor no maldiga y aniquile al que no cree. Que el que no cree, sepa respetar a los demás y comprenda que tampoco es infalible, que tampoco es una deidad.
En fin, que todos tengamos un sueño realizado y una pena revertida. Un paso adelante y un obstáculo superado. Un amor más y un desengaño menos. Que aprendamos que hay espacio para todos, si nos lo proponemos, si somos capaces de gritarlo, pero nunca tan fuerte como para no dejar oir la voz de quien tenemos al lado.
FELIZ 2011 EN TODO EL MUNDO