Algo está pasando en Uruguay, reciente campeón de la Copa América 2011, para que en días con alerta por frío polar, una campaña de recolección de firmas en calles y plazas, que el gobierno rechaza, tenga tanto éxito como para haber recabado 200 mil de las 250 mil necesarias para sus fines. Un país que creció 8.5% en 2010, con un PIB per cápita de 12,824 dólares, pero que mantiene a la mitad de su población en edad de trabajar, con ingresos menores a 545 dólares al mes (los llamados “diezmilpesistas” por el nivel de sus remuneraciones) que oficialmente no son pobres, pero apenas les alcanza para cubrir sus necesidades vitales. Un país, cuyo presidente, José Mujica, ex guerrillero tupamaro en los 70, preso durante 15 años de su vida, accedió a la presidencia en comicios en los que obtuvo el 52.39% de los sufragios.
Este país, otrora llamado “La Suiza de América”, por su bonanza económica y altos índices de desarrollo económico y social, vive una crisis de seguridad ciudadana en la que jóvenes y adolescentes son protagonistas de actos delincuenciales y de rapiña. De enero a junio de este año, los robos se han incrementado en 9%, respecto de igual periodo en 2010. La prensa uruguaya informa que al menos 13,000 casos de delitos violentos, han sido protagonizados por adolescentes de 11 a 17 años, siendo constante la reincidencia. Ante esta corriente delictiva, el gobierno ha definido que el 10% de las remuneraciones que perciban los reclusos por sus labores en los planes de rehabilitación, se destinarán al Centro de Atención a las Víctimas de Delito.
Un movimiento ciudadano, Comisión por la Seguridad Nacional, liderado por el ex presidente, Luis Alberto Lacalle, del Partido Nacional y el senador Pedro Bordaberry, del Partido Colorado y otros grupos sociales, han llevado a cabo el 30 de julio, el “Día del Firmazo por la Paz y la Justicia”, en el cual han solicitado a los ciudadanos uruguayos, su firma para conseguir que junto a las elecciones de 2014, se vote un plebiscito para rebajar de 18 a 16 años, la edad de imputabilidad para que los menores puedan ser juzgados y encarcelados, si correspondiera, por los delitos cometidos. Se instalaron 120 puestos de recolección en Montevideo y 100 en el interior del país. A pesar de las bajas temperaturas, la campaña fue exitosa también en ciudades como Maldonado, Paysandú, Salto, Rivera, Tacuarembó, Canelones, Melo, Durazno, Fray Bentos, etc.
Lacalle y Bordaberry |
El ex presidente Lacalle expresó que se trató de una jornada de “protesta ante la inacción del gobierno frente al aumento de los delitos y de propuesta para cambiar la Constitución y adecuarla a la realidad”. Pedro Bordaberry alabó el trabajo de los recolectores de firmas y confió en poder contar con “un empujoncito para conseguir las firmas que falten para llegar a 250 mil”. "La gente iba llegando sin que fuera necesario invitarla a firmar", según el diputado del Partido Nacional, Carmelo Vidalín al referirse al “firmazo” en Durazno. El líder del partido Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, ha dicho en las redes sociales, “Respeto al instrumento y a los que firman. Yo no firmo porque no estoy de acuerdo”. El senador oficialista, Carlos Gamou, dijo “esta campaña no resuelve el problema de la delincuencia, los promotores buscan rédito político”.