La presidenta de Argentina, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, inicia su carrera por la reelección a la presidencia de la República de su país. En el mismo atril donde estuvo, hace ocho meses, el féretro de su esposo y en un acto matizado con simbolismos, promoviendo comparaciones con un discurso histórico de Evita, la señora Kirchner informó sobre su decisión de ser candidata en octubre.
En presencia de ministros y funcionarios, algunos gobernadores y quinientos invitados que asistieron a la Galería de Patriotas Latinoamericanos de la Casa de Gobierno, Cristina presentó su decisión como producto de “un alto sentido de la responsabilidad política y personal” Sin embargo, brillaron por su ausencia el dirigente camionero Hugo Moyano y la dirigente de las Madres de Mayo, Hebe Bonafini. Con aire reflexivo y como si implicara un gran sacrificio personal, aseguró que “yo siempre supe lo que tenía que hacer y lo que iba a hacer. Lo supe el mismo 28 de octubre en este lugar cuando miles y miles me gritaron ‘¡fuerza Cristina’!”, dijo por el día en que fueron velados los restos de Néstor Kirchner.
“Vamos a seguir adelante”, fue la primera pista que dio en su discurso de veintiséis minutos, que despertó una ovación instantánea. Aunque a lo sumo había sospechas de un anuncio, había clima (el Gobierno buscó generarlo con la elección de la amplia Galería de los Patriotas) y la gente recibió a Cristina pidiendo su reelección.
“Vamos a someternos una vez más como lo he hecho siempre, a la voluntad popular” , o “cómo voy a aflojar”, fueron dos de sus más destacadas expresiones para sustentar su candidatura.
La Presidenta habló una vez más por cadena nacional, un recurso al que el oficialismo apela con frecuencia sin precedentes. Formalizó así su lanzamiento cuatro días antes del vencimiento de los plazos legales.
En Argentina se afirma que no es casualidad que haya escogido un acto de llamado a concurso para conceder 220 licencias de televisión abierta, en el marco de la Ley de Medios, porque “va por la reelección y el principal enemigo y oposición del Gobierno son los medios”.
Con los anuncios sobre tecnología televisiva junto a su decisión reeleccionista, Cristina sugirió un paralelismo con Evita al recordar un célebre discurso del 17 de octubre de 1951 en el que ésta ratificó su “renunciamiento” a la vicepresidencia, y que fue la primera transmisión televisiva del país.
Es lamentable que nuevamente un país latinoamericano se vea envuelto en este caudillismo que desgasta y corrompe a los gobiernos. Este anuncio hecho en la Casa de Gobierno, en un acto oficial, con funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones, por cadena nacional, que es una prerrogativa gubernamental y con un costo para el erario nacional; nos hace presagiar que durante la campaña por la presidencia, los recursos y resortes del gobierno y el Estado estarán al servicio de la candidata presidenta. No hay razón para pretender justificar que los Kirchner sean unos seres predestinados y que por lo tanto deban gobernar su país desde 2003, con Néstor hasta 2014, con Cristina y sabe Dios si en ese año, se reforme la Constitución para gobernar un periodo más.
Así se intentan perpetuar los dictadores contemporáneos. Ya no usan los tanques para asaltar el poder como Stroessner, Pinochet y Videla. Ahora utilizan los medios lícitos para jugar en el umbral de la legalidad y copar las instituciones para eternizarse en su proyecto personal. Los nombres de estos personajes son conocidos por todos y no serían sólo Fujimori, Chávez y Correa.
Hay que tener mucho cuidado con los políticos. Ya vimos como en repetidas ocasiones se trajeron abajo a la Argentina. Un país tan rico, con tantos recursos, con una clase media cultivadísima, todos con mentalidad ganadora y ya ves tú. Esperemos que el eterno drama de latinoamérica termine de una buena vez.
ResponderEliminarNo hay justificación para que un país que era una de las 10 economías más sólidas del planeta a principios del siglo XX, se vea complicado por sucesivas crisis que afectan su institucionalidad. Ojalá que la ambición de perpetuarse en el poder, no frustre el deseo de progreso del pueblo argentino.
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