En 1860 se produjo una de las grandes masacres de la historia en el Líbano, dando lugar a la muerte de 12 mil cristianos en el marco de la guerra que sostenían con los drusos. Este hecho, en un país en el que convivían personas de diferentes credos, motivó la invasión francesa con el objeto de proteger a los cristianos maronitas (católicos de rito oriental fundado por San Marón el Siglo IV) que vivían en ese país. A partir de ahí se origina la diáspora libanesa, generando corrientes migratorias masivas hacia EEUU, Brasil, Argentina, México, Venezuela, Australia y Canadá. Se estima que hay el triple de libaneses y descendientes viviendo en países de acogida que los 4 millones que viven en sus 10,500 Kilómetros cuadrados de territorio. En 1943 se constituyen como Estado Independiente.
Hasta 1970 fue llamada “La Suiza del Oriente Próximo”, consolidándose como centro financiero regional. La OLP se instala en su capital, Beirut y lanza ataques a Israel, sufriendo sus represalias. En 1975 estalla la guerra civil entre los cristianos maronitas y los musulmanes. En 1976 es ocupada por fuerzas militares de la Liga Árabe, dejando luego al ejército sirio. Israel ocuparía el sur, limítrofe con ellos. El país vive en esos años el infierno de bombardeos sirios contra objetivos cristianos, de la OLP contra Israel y de estos últimos ocupando el país y facilitando el accionar de falangistas cristianos contra los musulmanes y la OLP causando masacres como las de Sabra y Chatila en 1982. Progresivamente, con la participación de fuerzas de EEU, Italia y Francia, Israel desocupa el país tras un acuerdo de la ONU para que el gobierno libanés tome el control del sur del país controlado por Hezbolá (Partido de Dios, brazo armado de los islamitas chiítas libaneses entrenados y patrocinados por Irán y Siria). La violencia y la muerte siguen marcando hasta hoy la vida de este pequeño y hermoso país.
Rafik Hariri |
Las leyes de este país prevén que el cargo de Presidente de la República debe ser ocupado por un maronita, el de Primer Ministro por un suní y el de Presidente del Senado por un chiíta, para evitar que alguna minoría del país quede discriminada del gobierno. En este país convertido en campo de batalla de intereses extranjeros, fue asesinado el 14 de febrero de 2005 el Primer Ministro Rafik Hariri, tras la explosión de un coche bomba atribuido a los Servicios Secretos de Siria por el Consejo de Seguridad de la ONU que ordenó la creación del Tribunal especial para el Líbano que investigue los crímenes de Hariri y contra personalidades de ese país. Hoy, el primer ministro Najib Mikati ratificó el compromiso del Líbano con las resoluciones internacionales y afirmó que renunciará, si su Gobierno rechaza financiar un tribunal de la ONU que investiga la muerte de Rafik Hariri. Declaró que desde que asumió la jefatura del gabinete, afín al bloque liderado por Hezbolá, ha bregado por la protección del Líbano y la oposición. "Tengo una conciencia clara de trabajar por el interés de la nación". Negó pretender otro cargo si tuviera que renunciar y confirmó que está sometido a una inmensa presión, lejos de sus negocios. Como se sabe, Mikati es uno de los hombres más adinerados de Líbano, con un patrimonio de 2.8 billones de dólares. Hezbolá acusa al tribunal de ser herramienta de EEUU e Israel para desprestigiar a la resistencia libanesa y se negó a cooperar con las investigaciones, rechazando categóricamente financiarlo.
Líbano es un bello lugar, de hermosos paisajes, aire puro y gente buena. Lástima que de eso no se hable. Entiendo que no sea noticia frente a la hoguera en la que la han convertido los americanos e Israel con ayuda de Siria y la OLP.
ResponderEliminarJosé, lo que dices ha sido corroborado por todos los que han tenido la oportunidad de pasar al menos un día por Líbano. No es menos cierto que se convirtió en el "campo de tiro" de unos y otros, sin importarles que habían millones de personas que iban a ser afectadas por décadas. Gracias por escribir.
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