En reiteradas oportunidades, la FAO y múltiples organismos internacionales han censurado la pesca ilegal e instado a los gobiernos a que se haga una guerra frontal contra esta amenaza a la sostenibilidad de los recursos hidrobiológicos. Las Organizaciones Regionales de Ordenamiento Pesquero (OROP) de todos los mares, tratan de regular la conducta de los pescadores de los países ribereños y de los de aguas distantes, en su preocupación por impedir la extinción de las especies marinas y para lograr su aprovechamiento sostenible.
A pesar de ello, hay flotas que hacen oídos sordos al clamor internacional y al Derecho Marítimo y pescan sin tener permiso e incluso llegan a desafiar a las autoridades marítimas de los países en cuyo dominio marítimo ingresan a depredar sus pesquerías furtivamente.
Hoy referimos unos hechos acaecidos recientemente en la costa de Argentina entre el barco calamarero con bandera china, Lu Yan Yuan Yu 010 y las fuerzas navales de la nación sudamericana. De acuerdo al reporte de la Prefectura Naval de ese país (PNA), la patrullera guardacostas GC-28 Prefecto Derbes hundió al barco pirata reseñado, el mismo que intentó huir del lugar en el que perpetraba sus proscritas actividades para las que no tenía el permiso que debía entregar el Ministerio de Agricultura. Se sabe que centenares de embarcaciones asiáticas capturan calamar, pota y otros recursos al margen de la ley en las costas argentinas, chilenas y peruanas.
Al identificar a la embarcación y confirmar que carecían de autorización para pescar calamar en sus aguas jurisdiccionales, la autoridad naval actuó en concordancia con el protocolo de disuasión convenido internacionalmente para que se detuviera y permita ser abordado por los efectivos del guardacostas. Al no recibir respuesta, procedieron a realizar llamadas en las frecuencias de radio de uso marítimo tanto en inglés y español, se hicieron señales de luz y con banderas de acuerdo al Código Internacional de Señales Marítimas; el barco chino mantenía su desacato a la autoridad, apagó sus luces de pesca y pretendía escapar hacia aguas internacionales.
En esas circunstancias, la Prefectura dio inicio al protocolo de defensa de los recursos ictiológicos de su nación, realizando disparos de metralla disuasivos que también fueron ignorados por los pescadores chinos, ante lo cual, los agentes de la Marina dispararon contra el buque lo que ocasionó su hundimiento. La nave argentina procedió después al rescate de los tripulantes entre los que estaba el capitán responsable de los actos delictivos, a quienes puso a disposición de las autoridades judiciales argentinas.
Durante el operativo, además, se detectaron dos embarcaciones pesqueras cercanas al Lu Yan Yuan Yu 010, que en su huida pretendieron chocar al guardacostas. La opinión pública mundial repudia estos injustificables actos propios de piratas que deben ser drásticamente reprimidos.
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