Hace unas semanas se produjo un hecho de una repercusión política muy grande en el Perú. El Congreso de este país había autorizado el ingreso al puerto del Callao de la Fragata de la Armada de Reino Unido, HMS Montrose (que patrulla las Malvinas) y días después, el ejecutivo del mismo país pedía al gobierno británico que no dirija a su nave a las costas incas por “solidaridad latinoamericana”. Esta absurda inconsistencia se produjo cuando se estaban por cumplir 30 años del conflicto armado por las Islas Malvinas y ante denuncias de una decisión de militarizar la zona por parte de Inglaterra. Días después, la embajada británica en Lima “lamenta” la decisión peruana de cancelar la visita de la fragata y señala que su país se siente “decepcionado por la cancelación y la forma como fue manejada la situación por el ejecutivo peruano”. Personajes opuestos a la imagen política del Canciller Roncagliolo han dirigido sus baterías contra él y solicitan su relevo. Otros pretenden que Perú se desligue de su tradicional apego hacia Argentina a la que acusan de ingratitud hacia los peruanos.

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Roque Sáenz Peña |
En mayo de 1879, poco después que Chile declarara la guerra a Bolivia y Perú, el gobierno argentino oficializó su neutralidad en la contienda. Esta postura le valdría a los rioplatenses la incorporación a su territorio, en 1881, de 1 millón de Kilómetros cuadrados que le entregó Chile en la Patagonia y sobre los que existía una antigua controversia. Se ha sostenido con muchos elementos de sustento, que la Guerra del Pacífico fue diseñada y dirigida por Inglaterra que apoyó a Chile para quedarse con el guano y el salitre. Según Santiago Paulovic, los británicos desplazaron “7 acorazados que estuvieron frente a la costa peruano-chilena, que si bien se mantuvieron "neutrales", intervendrían si Chile perdía la guerra". Igualmente bloqueó la venta de armamento a Perú y presionó a otras naciones para que no lo hagan. Perú compró dos acorazados en Alemania, el “Sócrates” y el “Diógenes”, los que al navegar por el puerto británico de Southampton, en travesía al Perú, fueron detenidos por orden del gobierno inglés. Muchos argentinos se incorporaron a las fuerzas peruanas como voluntarios, entre ellos, Roque Sáenz Peña quien peleó con el grado de Teniente Coronel, fue herido en batalla y elegido presidente de su país en 1910.
