Mariano Rajoy ha comparecido ante los Diputados españoles solicitándoles la confianza de acuerdo al artículo 99 de la Constitución española. Tras recordar a las víctimas del terrorismo, expresar su voluntad de diálogo y señalar su respeto hacia Zapatero, pasó a exponer los lineamientos del programa de gobierno que ejercerá por mandato de las urnas, el mismo que implica atender la voluntad de cambio del pueblo de España. Como era esperado, lo primero a lo que hizo mención fue a su decisión de “detener la sangría del paro”, resaltando que es “la única piedra angular que puede sustentar la tarea de nuestra recuperación”. En otros pasajes de su discurso, anunció que las pensiones serían más proporcionales a las cotizaciones, que no habrá reposición de empleos en el sector público (excepto en los cuerpos de seguridad), que se daría un apoyo de 3 mil Euros para la contratación del primer trabajador, la reforma de la negociación colectiva, el traslado de los “puentes laborales” al lunes más cercano y que garantizará los derechos de los trabajadores, impulsando la conciliación laboral y favoreciendo la igualdad de género contra la desigualdad salarial en ambos sexos.
Se fijó como segunda tarea “asegurar la plaza que corresponderá a España y a los españoles, en el mundo que surja de esta crisis”, proponiendo aprovechar la oportunidad que se presenta mirando los próximos 20 años, gobernando desde el diálogo y la trasparencia a favor de objetivos compartidos, en circunstancias que “son las más difíciles a las que se haya enfrentado Gobierno alguno desde la restauración de la democracia”. Tras comprometerse a “decir siempre la verdad, aunque duela”, hizo un diagnóstico de la España de hoy en la que el paro es la cifra más dramática con el 23%, unos 5 millones 400 mil personas, siendo el paro juvenil, el 46%, producto del cierre de 250 mil empresas. Reseñó la caída de 2.3% de la actividad económica en la última legislatura, habiendo retrocedido a niveles de 2002. Recordó que el déficit público ha obligado a apelar a ahorro exterior por 37 millones de Euros. El déficit estatal supera los 65 mil millones de Euros, proponiendo reducirlo en 16 mil 500 millones en 2012. En cuanto a inversión, señaló un decrecimiento de 4.4% en 2011 y que el número de viviendas sin vender era 750 mil.
En el ámbito de las propuestas, puso en primer lugar la Ley de Estabilidad Presupuestaria, incorporando límites de gasto y endeudamiento vinculantes para todas las Administraciones Públicas, seguido del saneamiento del sistema financiero y su posterior reestructuración y de reformas estructurales para ser competitivos, comenzando por el sector público. Así se comprometió en presentar el Presupuesto de 2012 antes del 31 de marzo. Ofreció reestructurar y suprimir, según corresponda, organismos autónomos, agencias y entidades públicas, la reforma inmediata de las televisiones públicas para ahorrar gastos y aplicar un nuevo modelo de gestión, así como plantear a la oposición la renovación del Consejo de Administración de RTVE. Se fijará en 0,4% el déficit estructural de las Administraciones Públicas a partir de 2020. Se definirá el marco fiscal de apoyo a los emprendedores y PYMES. Reformarán el IVA para que las PYMES paguen sólo cuando les cancelen sus facturas. Se mantendrá el tipo superreducido para adquisición de vivienda habitual. Reformarán del Impuesto a Sociedades beneficiando a empresas pequeñas. Se aplicará la exención para la modernización de activos fijos y disminución de tributos a beneficios no distribuidos.
Consideró que la educación es “el fundamento esencial para la libertad, la igualdad de oportunidades, la cohesión social y la convivencia democrática”. Recordó que existe un abandono escolar del 30% y que no hay ninguna universidad española entre las 150 mejores del mundo. En ese contexto planteó la promoción de un bachillerato de tres años y un nuevo sistema de acceso a la función docente que busque atraer a los mejores profesionales, en el que deba primar el mérito y la capacidad. También propuso la reforma del sistema energético, un Plan Integral de Turismo y la Reforma de la Justicia como factor esencial de competitividad. Finalmente propuso la creación de un nuevo Ministerio de Agricultura que defienda los intereses del país en la UE y llevar una política exterior de liderazgo en Europa e Iberoamérica.
Rajoy rindió un homenaje a las Fuerzas Armadas, anunciando que coordinará con el principal partido de oposición, su política de Defensa. Dijo que le preocupaba que los jóvenes pensaran “por primera vez en nuestra memoria, que la vida les trata peor que a sus padres”. Aseguró que “llegará de nuevo el día en que se hable de España y se hable para bien; el día en que volvamos la vista atrás y ya no recordemos los sacrificios”. Finalizó diciendo que “Soy muy consciente de que no me enfrento a un escenario de halagos y lisonjas. Yo no he llegado a este momento para cosechar aplausos, sino para intentar resolver problemas. Ese es mi empeño, Señorías, y para ello reclamo la colaboración de todos y solicito la confianza de la Cámara”.
