La adolescencia es definida internacionalmente como el período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, discurre los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida su independencia social y económica. Se estima que sus límites se encuentran entre los 10 y 20 años. En muchos países, los adolescentes representan hasta el 25% de su población y en el mundo se ha producido un aumento de su actividad sexual produciéndose un incremento de los partos de mujeres menores de 20 años. A pesar de las dificultades para obtener estadísticas, se sabe que las máximas tasas se dan en Níger y Congo que exhiben 200 embarazos por cada 1000 mujeres adolescentes y las mínimas se dan en Corea del Norte, Corea del Sur y Japón con tasas de 1 a 3 por 1000.
Se considera que la mayor parte de los embarazos adolescentes son no deseados o no planificados, provocados por prácticas sexuales sin empleo de métodos anticonceptivos. Las mujeres de esta edad se deben enfrentar con mayores preocupaciones sobre su salud y su situación socioeconómica, más aún las adolescentes de países con escasa atención médica y nula protección estatal para ellas. En los países desarrollados, el embarazo adolescente se relaciona con los sectores de mayor pobreza, bajo nivel de educación e inestabilidad familiar. Por lo general se produce fuera del matrimonio y genera un cierto estigma de la sociedad. En los países subdesarrollados se da muchas veces en el matrimonio o convivencia, los que son vistos como sucesos normales. En América Latina, las adolescentes de los estratos medios y altos embarazadas, se someten a abortos, mientras que las de los niveles socioeconómicos bajos, donde hay una mayor tolerancia a las madres más jóvenes, es más común que completen su embarazo.
Algunos datos estadísticos nos revelan que la pobreza se relaciona generalmente con altas tasas de embarazo en la adolescencia países pobres Nicaragua, Níger y Bangladesh tienen un número mayor de madres adolescentes en comparación con países ricos. En Reino Unido casi la mitad de los embarazos de menores de 18 años se produce en el 30% más pobre de su población.[ ]En Italia, la tasa de concepción en adolescentes de clases ricas y acomodadas es sólo el 3,3 por 1.000, mientras que en las más pobres, supera el 10 por 1000. Por estas consideraciones, el embarazo en adolescentes necesita atenderse de manera integral en sus aspectos biológicos y sociales por equipos multidisciplinarios.
En Uruguay y en el marco del Día internacional de la prevención del embarazo adolescente no deseado, el Ministerio de Salud Pública informó sobre este tema, reseñando que el 63% de los embarazos adolescentes no fue planificado. Del mismo modo, se refiere que cuanto más joven es la futura madre y alto el estrato socioeconómico del que proviene, menos planificado fue el embarazo. La coordinadora del área Salud Sexual y Reproductiva del citado Ministerio, Leticia Rietti, dijo que el principal problema no es la falta de información, sino la falta de continuidad en el uso de métodos anticonceptivos. Indicó que los cambios son a largo plazo porque se trata de hábitos y dijo que la maternidad adolescente presenta una tendencia resistente al descenso, algo que también ocurre en el resto de los países de América Latina.
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