I
El domingo 4 de septiembre, en el centro de Asunción – Paraguay, un policía uniformado, el suboficial de la Policía Urbana Especializada (PUE), Hernán Llanes, le robó el teléfono celular a un bombero. Luego de forcejeos, reclamos y amenazas mutuas, lo devolvió. Dos agentes policiales que estaban en las cercanías, el oficial inspector Luis Ojeda y el oficial ayudante Cristian Morán, habían intervenido y arrestado al policía delincuente o “polibandi”. Ni en la Comisaría 3ª, ni en la PUE se asentó el parte correspondiente, ni ninguna constancia de la intervención. Oficialmente nada había pasado.
Conocidos los hechos, el subcomisario Serafín Marecos, sub jefe de la PUE, declaró que habrá tolerancia cero con los uniformados que no cumplan cabalmente sus funciones en apego a las leyes. Señaló que los 3 agentes serán enviados a la Agrupación Especializada de la Policía para cumplir un arresto de 8 días, quedando constancia en su legajo personal. Remarcó que el bombero no presentó denuncia. Para conocimiento de los lectores, la PUE es la unidad policial paraguaya que presta servicios en la zona centro de Asunción y en Villa Morra. Su función es prevenir y perseguir los delitos menores, así como estar en mayor contacto con la ciudadanía a la que debe auxiliar y proteger. Algo que Llanes, Ojeda y Morán no ponían en práctica.
II
Sobre la intersección de las calles General Díaz y Chile, de Asunción, un joven es detenido por el agente de policía Christian Osmar Martínez quien le impuso una multa de 640.000 guaraníes (162 dólares americanos) por conducir hablando por el celular. Ante el reclamo del conductor por el perjuicio que le causaría y su argumento de no tener dinero para pagar la multa, el policía, en un gesto de “comprensión” le propuso que le diera 100 mil guaraníes (25 dólares). El joven fue al banco a traer el dinero mientras Martínez retenía sus documentos y al volver, filma la acción de entrega pecuniaria y devolución de papeles sin mediar levantamiento de infracción alguna. Al hacerse público el video, el agente fue separado de sus funciones.
Hoy informó la Comuna, que Martínez fue expulsado de la Policía Municipal de Tránsito, mediante una Resolución firmada por el Intendente de Asunción, Arnaldo Samaniego. Mediante comunicado se hizo saber que se resolvió rescindir el contrato laboral y dar por terminada la relación jurídica entre la Municipalidad de Asunción y Christian Osmar Martínez, quien laboraba como personal del Servicio Auxiliar de la Dirección Municipal de Tránsito. El Intendente Samaniego instó a la ciudadanía a denunciar sin temor los hechos de corrupción propiciados, ya sea por agentes de tránsito o inspectores municipales, garantizando que serán investigados con seriedad.
III
Estos acontecimientos que se publican en un mismo día en Paraguay podrían haber sido muchos más en el mismo país y miles en América Latina. La descomposición y crisis de valores de las sociedades se puede apreciar claramente en aquellos a los que los ciudadanos damos armas y el mandato de protegernos y luego se llegan a convertir en miembros de una poderosa organización criminal de extorsión, secuestro, tráfico de drogas, asaltos y todos los delitos para cuyo combate nosotros les pagamos mes a mes. Desde luego que se trata de un reflejo de otros problemas. También hay políticos que cobran su sueldo gracias a nosotros y legislan, regulan, presionan, acosan y delinquen en su propio beneficio o para entes corporativos ajenos al interés del pueblo que los elige y mantiene. Mientras estas situaciones continúen, más descreídas son las sociedades en sus autoridades y en la democracia que los guarece. A veces viene un “mesías” que nos dice que todos los males acabarán cuando él nos gobierne y entonces las cosas se tornan más graves. No dejemos que las instituciones se deterioren más, los totalitarios de todos los signos apuestan a eso para hacerse de nuestros países.
No solamente los policias son culpables sino tambien los que los sobornan acostumbrados a no cumplir las leyes
ResponderEliminarGracias por escribir. Claro que también es culpable el que soborna. Lo grave de la crisis de valores es que nos afecta a todos y nos envilece. Por eso hay que detenrse a pensar lo que nos pasa y tomar acciones al respecto.
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