Julio Iglesias ha recibido en el Instituto Cervantes, un homenaje en reconocimiento a ser el artista que más discos ha vendido en España (23 millones) y el artista latino que más discos vendió en el mundo (300 millones). El tenista Rafael Nadal le hizo entrega de las distinciones y enfatizó que “Julio puede conquistar los corazones de cinco continentes: siento admiración no solo por su música, sino también por sus ganas de superación, porque después de toda una vida, sigue adelante". En ese acto, el cantante español anunció que se despide de la vida pública, “Es el momento más emocionante de mi vida. No creo que vaya a haber un día más importante y emocionante de mi carrera y de mi vida, por eso va a ser el último acto público al que acuda", “Este es el último reconocimiento al que asisto, y tras tantos momentos en mi vida de 68 años, me emociona muchísimo”, “La pasión ha sido el motor de mi vida. Estoy agradecido a las críticas, a los amigos y a las gentes que en cualquier lugar del mundo se han molestado en ir a una tienda o a un concierto y darme ánimos y tiempo para aprender. El tiempo ha sido la gran necesidad de la gente para mí”.
En medio de la emoción de los asistentes reconoció estar emocionado por la falta de sus padres a quienes atribuyó gran parte de su éxito. En su carrera artística de 43 años, dio más de 5 mil conciertos en 600 ciudades en las que cantó para 60 millones de personas. Recibió 2,600 discos de platino y oro cantando en veinte idiomas. Yo no puedo cantar más que lo que sé cantar, pero eso ha llegado de Finlandia a China. Y no porque sea un chico guapo, ni alto ni sea campeón de nada. De hecho, yo no podía andar y corría, no podía cantar y canté y ni siquiera podía ser el más guapo y a veces lo parecí”. Finalizó su conferencia reiterando su identificación con España, “Me emociona mucho el ser español. Mi carácter, mis emociones y mis pasiones son españolas, me siento muy español y hoy más que nunca”.
Julio José Iglesias de la Cueva, nació en Madrid el 23 de septiembre de 1943. Su madre se llamaba María del Rosario, de origen andaluz y su padre, Julio era natural de Orense (Galicia). Fue arquero del Juvenil B del Real Madrid y estudiante de Derecho hasta un terrible accidente automovilístico en la víspera de cumplir 20 años luego del que fue desahuciado, salvando la vida de milagro aunque quedó paralítico, sin esperanzas de caminar. Luego vendría una dura etapa de rehabilitación que lo mantuvo en depresión, al comprobar que dejaba el fútbol para siempre. Comenzó a componer tristes poemas y recibió una guitarra de un enfermero, Gregorio Magdaleno, que lo atendía para hacer sus ejercicios con la que musicalizaba sus versos y aprendía de música. Luego de dos años, acompañado por su padre, que dejó de trabajar por acompañarlo, volvió a caminar y retomó los estudios viajando a Londres donde cantaba los fines de semana en el Pub Air Port. En Cambridge, conoció a Gwendolyne Bollore con quien vive un romance y le inspiró una de sus canciones más famosas: Gwendolyne.
Decide ofrecer sus temas a un sello musical para que las cante una de sus estrellas y termina él mismo participando en el Festival de la Canción de Benidorm (Alicante, España) en julio de 1968 donde resulta ganando con su tema La Vida sigue igual, escrito durante su convalecencia e impresionado por las protestas de París en mayo de ese año. Contrata con Discos Columbia. Luego vienen el Festival de Brasov, su primer disco, Yo canto, el Festival de Viña del Mar, el Festival de San Remo, su primera película, “La vida sigue igual”, su triunfo en el Festival de la canción de Barcelona con Gwendolyne y el cuarto puesto en el Festival de Eurovisión, con el mismo tema que fue grabado en cuatro idiomas y ocupó los primeros lugares en Europa y América Latina. Siguen el Festival de Luxemburgo, Cannes, Osaka y sus 41 conciertos en igual número de ciudades españolas en sólo 30 días, una nueva marca. En 1970 conoce a María Isabel Preysler con quien se casa en 1971 y es la madre de sus hijos Chabeli, Julio y Enrique. Ese año llega a su disco un millón y participa en el Festival de Knokke (Bélgica) y sale de gira a México, Panamá, Puerto Rico, Japón y Europa.
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Julio es y será el mejor cantante-comunicador-vendedor de la historia de la música. Ojalá que nunca se vaya.
ResponderEliminarGracias Alicia. El magnetismo de Julio Iglesias lo ha convertido en el ídolo indiscutible de su país en el ámbito artístico. Su estilo y sus canciones perdurarán y serán apreciados por las futuras generaciones como un signo de los tiempos en los que cautivó a millones de personas.
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