El 20 de septiembre de 2011 decíamos en este blog que Yemen cuyo 50% de la población vive con menos de dos dólares al día, su mandatario, con 32 años en el gobierno, pretendía modificar su propia constitución para gobernar de por vida y asegurar la sucesión en su hijo Ahmed quien jefatura las fuerzas armadas. A raíz de los vientos primaverales de libertad en el mundo árabe y luego del derrumbamiento de las dictaduras de Túnez y Egipto, en febrero de 2011, anunció que concluiría su mandato en 2013 y desistiría de ser sucedido por su hijo. Desde el 27 de enero se vivía una convulsión popular que pedía su salida inmediata, miles de personas salieron a protestar a las calles, clamando por democracia, destacando militantes del Partido de la Reforma Islámica, Partido Socialista y Baaz. Desde el principio trataron de dar un enfoque pacifista con símbolos alusivos como cintas color rosa y tienen un componente estudiantil fundamental.
Casi un año después del estallido popular en Yemen, el presidente Ali Abdullah Saleh tuvo que firmar su renuncia convirtiéndose en el cuarto presidente que deja el poder producto la presión popular en el marco de la denominada “Primavera Árabe”, tras 33 años gobernando dictatorialmente. En presencia del rey Abdullah de Arabia Saudita, Saleh firmó en Riad un acuerdo de transición que contempla su renuncia, la cesión del poder en el plazo de un mes a su vicepresidente, Abed Rabbo Mansur Hadi, y la celebración de elecciones presidenciales dentro de los siguientes 90 días. El presidente saliente ha pedido perdón a su pueblo por los errores cometidos durante su mandato. Informó que regresará como presidente de su partido, el Congreso Popular General, contando desde ya con una liberación de culpas otorgada por el parlamento yemení, lo que ha causado grandes protestas del pueblo que soportó una dura represión en los últimos meses.
El país sufrió una convulsión viviendo en el umbral de la guerra civil, incluyendo combates entre el Ejército y la mayor confederación de tribus que dejaron cientos de muertos tan sólo en Sanaá, la capital del país del sur de la Península Arábiga. “El desacuerdo de estos últimos meses tuvo un gran impacto sobre Yemen, sobre su cultura, desarrollo, política, lo que llevó a una amenaza a la unidad nacional y destruyó lo que se había construido en los últimos años”, dijo Saleh. Los manifestantes que acampan desde hace nueve meses en Saná rechazaron el pacto, debido a que no conlleva a un enjuiciamiento del gobernante, y convocaron nuevas manifestaciones. "El comité organizador de los jóvenes de la revolución pacífica llama a una manifestación gigantesca el jueves para rechazar" el acuerdo firmado en Riad, "que no nos concierne", declaró Walid al Amari, vocero del movimiento. "No nos iremos de la Plaza del Cambio hasta que se cumplan todos nuestros objetivos, y sobre todo se lleve ante la justicia al régimen", añadió.
Ali Abdullah Saleh |
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon informó que Saleh recibirá tratamiento médico en Nueva York, donde llegará para una estadía provisional para recuperarse de las heridas que sufrió en el pecho y la cabeza luego del impacto de un proyectil lanzado contra el complejo gubernamental en Saná.
No hay comentarios:
Publicar un comentario