Un atún de aleta azul de 269 Kilogramos fue vendido en Tsukiji, Tokio, el mayor mercado pesquero mundial, en una subasta en la que se llegó hasta los 56.5 millones de yenes que equivalen a unos 566 mil euros ó 736 mil dólares americanos. Este ejemplar fue capturado en aguas de Oma, en la provincia de Aomori, norte del país, frente a la isla de Honshu. La especie, cuyo nombre científico es Thunnus thynnus, se extinguió del Mar Negro y Mar Caspio y aún se captura en el Océano Pacífico y el Atlántico. En ocasiones supera los 500 kilogramos y mide hasta 3 metros, es una especie pelágica (se desenvuelve en aguas superficiales), nada a velocidades que pueden llegar a los 100 kilómetros por hora y realiza grandes migraciones de hasta 60 días, avanzando diariamente entre 30 y 45 kilómetros. Su importancia comercial se remonta a la Antigua Grecia y siempre atrajo a científicos, pescadores y deportistas por su velocidad, tamaño y su fuerza como depredador.
Este atún representa una de las pesquerías más rentables del mundo por los altos precios que se pagan para emplearlos en sashimi y sushi, principalmente en el mercado japonés. Esto implica inversiones muy importantes en barcos con aparejos de pesca adecuados y con medios de manipulación y preservación a bordo específicos que permitan asegurar un perfecto estado de conservación al llegar a los mercados de destino. Su gran demanda y alto precio internacional, han generado una presión irresponsable sobre el recurso, principalmente por la Unión Europea (UE) que ha mermado su población poniendo en riesgo la sostenibilidad de la especie. Desde 1930 ha sido el premio de mayor importancia que puede otorgarse a los pescadores deportivos. Japón consume el 80% de las especies capturadas en el Pacífico y Atlántico.
En el mercado de Tsukiji se mueven cada día casi 3.000 toneladas de pescado y se comercializan 450 especies distintas de pescados y mariscos. Los mercados de pescado japoneses datan del siglo XVI, cuando el primer Shogun, Tokugawa Ieyasu convirtió Edo en la capital de Japón, llevando pescadores de Osaka para el suministro de pescado a la corte. Los excedentes se vendían en la ciudad y el propio Shogun la tomó a cargo amasando una gran fortuna. En 1923, luego del terremoto de Kanto que destruyó más de 20 mercados, se construye Tsukiji como mercado pesquero de Tokio. Diariamente se subastan importantes cantidades de atún de 5 a 6 de la mañana, pero tiene una singular importancia la puja del primer atún que se captura cada año. Tradicionalmente, los primeros días de enero se dan cita los propietarios de las cadenas de restaurantes, mayoristas y distribuidores de todo el mundo para tener el honor de llevárselo como trofeo y publicidad ante sus clientes por tal distinción, lo que hace que se venda a cifras inimaginables.
Este año el ejemplar fue adjudicado a la popular cadena de sushi Zanmai, cuyo presidente Kiyoshi Kimura afirmó que esperaba que esto sirviera para animar a Japón, que sufre las consecuencias del tsunami que en marzo del año pasado provocó el desastre nuclear de Fukushima. El empresario de 59 años recordó que el año anterior el vencedor de la subasta fue el propietario de un restaurante de Hong Kong. "Quería ganar la subasta para que lo puedan disfrutar los clientes japoneses y para que no fuera a parar a otros lugares", expresó. Con evidente orgullo reseñó que su empresa superó el precio máximo registrado en este mercado el año pasado, cuando se pagó por un atún pescado en la isla de Hokkaido, el equivalente a 327 mil euros o 425 mil dólares. Después de la subasta, el empresario participó en el corte del pescado, una especie de rito reservado al vencedor de la jornada.
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