El primer ministro italiano, Mario Monti, ha calificado como "inadmisible" que haya personas que evaden impuestos, en tanto que millones de trabajadores, cumplen los duros sacrificios económicos impuestos por el Gobierno para afrontar la crisis financiera. Monti trata de evitar los riesgos de la quiebra moral del país y alejarse del fantasma de Grecia que atormenta a sus consejeros económicos. "Hemos aprobado ya importantes instrumentos contra la evasión fiscal y continuaremos por este camino", declaró en enero de 2012, mientras prometía la llamada "fase dos" de sus reformas, las que constituirán una "revolución y aceleración potente" en la lucha contra la corrupción que frena las inversiones en Italia. "Tenemos que operar con urgencia y desbloquear el país y hacer saltar los atascos que lo hacen lento" El gobierno ha planeado ahorrar 60 mil millones de Euros hasta 2014, reformar el sistema de jubilaciones y subsidios, privatizar empresas públicas para captar 5 mil millones de dólares al año y simplificar la administración fiscal.
Pero toda revolución y todo cambio en las sociedades, los hacen los hombres y mujeres de los países. Italia, otrora sede del imperio más poderoso del mundo, deberá encarar las deficiencias estructurales que padece su economía y su aparato productivo, pero fundamentalmente, tendrá que preocuparse por reorientar los valores cívicos y morales que hoy hacen actuar a sus ciudadanos en función del beneficio personal, sin importar cuánto, ni cómo se afectan los demás. Una “cultura” que considera normal engañar al Estado para obtener alguna ventaja y un Estado cuyos dirigentes, preocupados también en sacar partido en su paso por la administración nacional, hacen la vista gorda ante el fraude, la evasión y acaso, el crimen. Precisamente hoy leíamos una nota de ABC, según la cual una mujer de 66 años engañó a los médicos del Seguro Social, quienes creyeron que sufría una ceguera total, con lo que consiguió una pensión por invalidez que en ocho años le reportó 235 mil Euros. Nos guardamos las reservas respecto de la conducta de esos médicos y del supuesto engaño, creemos que tienen mucho que ver con ese timo al Estado, es decir a todos los italianos.
Pareciera que Italia acabara de salir de una guerra que hubiera desangrado al país, ya que hoy, 2 millones 700 mil personas son consideradas inválidas por la seguridad social y cobran pensión por esa condición. Cálculos conservadores pronostican que 550 mil han fingido su minusvalía. Ya en 2009, se puso en evidencia a 30 mil falsos impedidos. La mujer a la que nos referimos líneas arriba vive hace 40 años en Turín y fue investigada y filmada por agentes especializados quienes la encontraron haciendo una vida absolutamente normal, realizando labores domésticas, comprando en supermercados y hasta analizando escaparates de tiendas de moda. Ni siquiera requería gafas para ver, poseía bienes inmuebles y una abultada cuenta bancaria. Simplemente se enteró que en su país, al igual que en muchos lugares de Europa, los gobiernos dan concesiones y beneficios injustificados a diestra y siniestra, ¿porqué ella no podría acceder a una pensión si otros roban millones y no les pasa nada?
El gobierno ha iniciado espectaculares operativos para controlar el fraude y la evasión fiscal. Por ejemplo se hizo una investigación entre propietarios de los codiciados autos Ferrari. De 251 poseedores de este vehículo de lujo, habían 42 (17%) cuyas declaraciones de impuestos consignaban ingresos por 30 mil euros anuales, con lo que apenas podrían cubrir los gastos de mantenimiento y combustible, quedándose sin comida, vestido, vivienda, entretenimiento, etc. Toda una farsa, en el jet set. Si no se inicia un verdadero combate a estos deplorables vicios enraizados en la conciencia de este y muchos países del mundo, no habrá mecanismo que los haga salir de la crisis, ni será posible lograr un desarrollo sostenido y duradero. La bonanza artificial se terminó. Llegó la hora de los sacrificios de todos, comenzando por los que más tienen, quienes más han usufructuado de estas conductas marginales e inmorales durante décadas.
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