Whitney Elizabeth Houston nació en Newark el 9 de agosto de 1963. A los 11 años comenzó a cantar en el coro góspel de su iglesia en Nueva Jersey. A los 15 acompañó a su madre en el álbum Think it over. A los 16 fue la voz principal en un sencillo con la banda de Michael Zager. Pasados sus 17 apareció en revistas como modelo y a los 19 hizo su primera grabación como cantante. A los 21 tuvo su primer éxito comercial con Hold me, seguido de Take Good Care of My Heart. A partir de ahí, Houston ganó seis Grammy, 30 Billboard y 22 American Music Awards en su carrera. Según el Libro Guinness de los Records, era la cantante femenina con más premios, al sumar más de 400 en su haber. Lanzó siete álbumes de estudio, el último en el 2009 y 53 sencillos. Sus canciones más conocidas incluyen a “I will Always Love You” y “Saving All my Love for You”, y vendió 170 millones de discos en todo el mundo. Es la única artista cuya versión del himno americano, consigue ser un éxito de ventas, obteniendo un disco de platino.
Como los grandes artistas, creó una fundación que lleva su nombre para ayudar a los niños sin hogar y enfermos de cáncer. Obtuvo la marca de ser la mujer en estar más semanas en la primera posición de las listas de éxitos, con sus álbumes Whitney Houston, Whitney, Waiting to Exhale y la banda sonora de El guardaespaldas, durante 50 semanas. Once de sus éxitos fueron número uno en el Billboard Hot 100. El más notable es I Will Always Love You publicado en noviembre de 1992, el cual se convirtió en el sencillo más vendido por una artista femenina en la historia de la música. También fue número uno en 32 países. Influyó en el desarrollo artístico de Christina Aguilera, Céline Dion, Alicia Keys, Britney Spears, Nelly Furtado y otros. En 2001 firmó el contrato con el salario más alto de la historia, por 140 millones de dólares con la discográfica Arista. En el cine participó en la película El Guardaespaldas cuya banda sonora obtuvo el puesto número 3 de los 100 álbumes más vendidos de todos los tiempos. También participó de los films Waiting to Exhale y, por último, en The Preacher's Wife.
En 1992 se casó con el artista Bobby Brown, estrella musical de los 80 y 90. Luego de un año, Brown fue arrestado, iniciándose una interminable serie de noticias en las que la pareja fue protagonista de hechos de violencia doméstica, consumo de drogas, disputas familiares, reconciliaciones temporales y un largo etcétera que llenaba rumas de papel de la prensa rosa. Durante su vida marital concibieron a su hija Bobbi Kristina, quien el año pasado estuvo involucrada en un caso público de consumo de cocaína. En 2006, según confesión de Whitney, cansada por los constantes arrestos protagonizados por Bobby, decide divorciarse de él. En varias oportunidades confesó su adicción a las drogas y el alcohol, inició procesos de rehabilitación que parecieron exitosos, sin embargo siempre hubo una recaída. Es así que el 11 de febrero de 2012, el mundo se estremece al conocer la noticia de su temprana desaparición, en circunstancias que aún se desconocen, en el baño de una habitación de hotel en Beverly Hills.
Los restos de la cantante fueron hallados en una tina del hotel Beverly Hilton. En la recámara de Houston se encontraban también su estilista, su peluquera y dos guardaespaldas. Ellos se preocuparon al ver que la cantante no salía del cuarto de baño, donde permanecía por más de una hora. Whitney debía de asistir a la fiesta del productor musical Clive Davis. Luego, su peluquera habría tocado en repetidas oportunidades la puerta del baño. Al no obtener respuesta, la mujer procedió a abrir la puerta. Al ver el cuerpo inerte de la diva, ésta comenzó a gritar, alertando a uno de los guardaespaldas quien habría sacado el cuerpo de la estrella de la tina e intentado reanimarla. Poco después los paramédicos llegaron al lugar, pero finalmente Whitney Houston fue declarada muerta a las 3:55 p.m.
Cómo me duele saber que una vida así se perdió en medio de las drogas y la complicidad de muchos de sus amigos, allegados y familiares. En ocasiones como esta, el dinero es la peor maldición. Si Whitney no hubiera sido tan exitosa y con tanto dinero, hoy sería una modesta ama de casa, con muchos hijos y nietos que le harían feliz la vida y no hubiera tenido este trágico final en una vida sin amor y sin compañía.
ResponderEliminarGracias por escribirnos David. Ha causado un impacto enorme ver cómo se puede echar a perder una vida humana por culpa (indirecta) de la bonanza y exceso de supuesto bienestar. Compartimos tu pesar.
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