Hasta el siglo IV, había una disparidad de criterios para fijar la fecha de la Pascua Cristiana que conmemorara la Resurrección de Jesús de Nazareth. En la ciudad de Arlés, ubicada en la Galia Romana (actual Francia) se llevaron a cabo Concilios que buscaban darle unidad orgánica a un todavía desordenado credo. El año 314 se dio en esa ciudad el primer Concilio convocado por Constantino que promulga una Ley Canónica relativa a la Pascua, cuya fecha debía ser determinada por el Papa. El año 325 se celebra el Concilio de Nicea en el que se determina que la Pascua debía celebrarse un domingo, que no debería coincidir con la Pascua judía y que nunca debería celebrarse dos veces en un mismo año. Sin embargo, subsistían discrepancias entre los cálculos de la Iglesia Romana y la de Alejandría. Recién el año 525, Dionisio El Exiguo demuestra la certeza del cálculo alejandrino, quedando unificado el criterio que tomaba en cuenta, entre otras cosas, que no podía ser antes del 22 de marzo, ni después del 25 de abril.
La Cuaresma, como periodo previo al domingo de Pascua, simboliza el periodo en que Jesús vivió en el desierto durante 40 días, previos a su misión pública. También se relacionan con los 40 días que duró el diluvio, los 40 años del pueblo judío en el desierto y los 400 años de estadía judía en Egipto. En el siglo IV se fijó en 6 semanas antes del domingo de Pascua, pero como en la tradición judía no se ayuna los domingos, se sumaron cuatro días a la cuaresma previos al primer domingo, completando los cuarenta días de ayuno, para imitar el realizado por Cristo en el desierto, por lo tanto, resultan cuarenta los días desde el inicio de Cuaresma al Sábado Santo, sin contar los domingos. Se instauró como un periodo de penitencia y de renovación para la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia, para obtener la “purificación del corazón y una práctica perfecta de la vida cristiana”. Esta tradición se ha ido haciendo cada vez más laxa en occidente.
La Cuaresma se inicia el Miércoles de Ceniza, tanto en el calendario católico, protestante y anglicano. Debido al método de cálculo la Cuaresma, siempre será un miércoles el día de su inicio y se produce entre el 4 de febrero y el 10 de marzo. Este día se impone la ceniza, (obtenida de quemar las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior), haciendo una cruz en la frente de los fieles que asisten a la Misa, repitiendo las siguientes citas bíblicas: “Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida” (Gen. 3:19), “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás" (Gen. 3:19) y “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” (Mc. 1:14-15), esta costumbre proviene de la tradición judía según la cual se cubrían de ceniza cuando hacían un sacrificio y como signo de conversión a Dios. Le recuerda a los fieles que algún día morirán y se convertirán en polvo y que la vida definitiva se encuentra en el Cielo. Igual que el Viernes Santo, es un día de ayuno (hacer una sola comida fuerte al día para personas de 18 a 59 años) y abstinencia (no comer carne para los mayores de 14 años). En 2012, el Miércoles de Ceniza es el 22 de febrero
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