En 2010 se publicó en Ecuador un libro, El Gran Hermano. Se analizaban contratos del estado ecuatoriano con empresas de propiedad o patrocinadas por Fabricio Correa Delgado, hermano mayor del controvertido presidente de ese país. En este libro escrito por los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, se detallaban las obras otorgadas por 167 millones de dólares de los que 120 millones eran por adjudicación directa, sin concurso ni evaluaciones. La publicación no tomaba por sorpresa a los medios financieros, estatales y políticos ya que era bien sabido que así se manejaban las cosas, pero el exaltado presidente Rafael Correa estalló en pataletas y cóleras por cálculo político, estimando que podría hacerle perder popularidad. Se produjo un aparente distanciamiento familiar, tanto que el mayor llegó a decir: “soy empresario hace 25 años, el señor (Rafael) es político hace tres. El que tendría que retirarse es él”. En febrero de 2011 el mandatario inicia una demanda de 10 millones de dólares por daño moral contra los autores del libro alegando que desconocía los multimillonarios contratos que su hermano tenía con el gobierno que presidía.
Los periodistas declararon que Fabricio les había asegurado que su hermano sabía lo que estaba pasando. El respondía diciendo que su hermano “está informado absolutamente de todo lo que yo hago porque veinticuatro horas al día tengo custodia policial” y aseveró que lo que prohíbe la ley “es que el familiar (del presidente) a título personal tenga contratos” con el Estado y afirmó que él nunca los ha tenido individualmente y enfatizó que él no ha cometido “ni una ilegalidad ni un acto anti-ético”. A pesar de habérsele requerido, Rafael Correa Delgado se negó a entregar su historia clínica o la de sus familiares que probara el daño invocado. Tampoco presentó las facturas de las consultas psiquiátricas y/o psicológicas a las que debió someterse para tratar la depresión supuestamente ocasionada. Hoy, martes 7 de febrero de 2012, se conoció la sentencia de la jueza Penal de Pichincha, María Mercedes Portilla que condena a los periodistas a pagar 2 millones de dólares al Jefe de Estado más 100 mil dólares a sus abogados. A la vez desestima un pedido de indemnización de 200 mil dólares para "resarcir los daños" que ha causado a los demandados, la acción del presidente Correa.
La magistrada sustenta su decisión en “la afrenta irrogada, por el hecho de habérsele perjudicado, en su honra, dignidad, buen nombre, prestigio profesional dentro del país y fuera del él” y verse “obligado a emprender en diferentes gastos, honorarios profesionales y afectar su legítima vida de su hogar… resultando esto en un acto de desprestigio deshonra y humillación”. Juan Carlos Calderón declaró que interpondrán apelación a la segunda instancia, mientras que Zurita afirmó que “ni Correa, ni un millón de dólares nos quitarán el sueño… El presidente podrá "ganar un round al enjuiciar a los periodistas, pero perderá la carrera… no puede esconder ni quemar el libro”. El propio Fabricio Correa calificó la condena como “un abuso y una muestra de la justicia politizada” y estimó que por ser dictada por razones políticas, los periodistas saldrán airosos acudiendo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH. En el libro “ponen que hay contratos (del Estado) con empresas supuestamente vinculadas con Fabricio Correa, y eso no es delito”, afirmó.
El acosado gremio periodístico ecuatoriano aguarda la audiencia que debe ratificar o revocar la sentencia de 40 millones de dólares y tres años de cárcel contra directivos del diario El Universo y temen los efectos del Código de la Democracia o Ley mordaza que establece que durante las campañas electorales, los medios “se abstendrán de hacer promoción directa o indirecta, ya sea a través de reportajes, especiales o cualquier otra forma de mensaje, que tienda a incidir a favor o en contra de determinado candidato, postulado, opiniones, preferencias electorales o tesis política”. Mientras tanto el presidente Rafael Vicente Correa Delgado sigue ganando millones de dólares sin trabajar.
Se olvidaron de mencionar que los millones de dólares que los jueces corruptos de Ecuador le "regalan" a Correa, son libres de impuestos. Mientras un pobre trabajador debe pagar impuestos hasta para comprar una vela, el dictador se enriquece sin
ResponderEliminarNo sabía que eran libres de impuestos los millones de dólares que viene ganando el presidente de Ecuador. Ojalá pudieran los demás, dejar de pagar sólo un año, los impuestos que les cobran a pesar de sus exiguos ingresos, ¿O sólo está reservado a los presidentes ese privilegio?
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