Una acalorada discusión entre dos médicos, en la sala de parto de un sanatorio estatal, obligó al propio ministro de Salud italiano, Ferruccio Fazio, a dirigirse a Sicilia para extenderle sus disculpas a la madre que padeció las consecuencias de la riña ocurrida hacía cuatro días.Según funcionarios del sector Salud y el cónyuge de la mujer, los galenos comenzaron a discutir porque no coincidían en los criterios sobre la conveniencia de hacerle una cesárea. Acto seguido se liaron a trompadas, postergando la operación por más de una hora, lo que originó que se complicara el cuadro de la paciente Laura Salpietro de 30 años y el de su hijo Antonio, ocasionando la extracción del útero de la madre y graves problemas coronarios y cerebrales del neonato.
"Intenté darle unas palabras de esperanza, y sobre todo traté de decirle que el Gobierno está con ella y su familia en estos momentos", informó el Ministro de Salud, visiblemente contrariado. Los fiscales están investigando a cinco médicos por el incidente, que fue la prueba más reciente de los frecuentes accidentes médicos en los hospitales del sur italiano. Este hecho podría acarrear la pérdida de sus licencias y hasta su encarcelamiento.
El episodio y el análisis dado a tal suceso, ha llamado la atención sobre las altas tasas de cesárea en el país, en el que 38% de los nacimientos se hacen por esta vía, máxime si es 15% el porcentaje estimado como razonable por la Organización Mundial de la Salud.
Si un hecho como este se hubiera producido en un país tercermundista, hubiera sido señalado como una característica más de la barbarie propia de estos países. Es un hecho que muestra la cruda realidad que se vive hoy en muchos de los nosocomios públicos italianos y de Europa como producto de la crisis económica y muestra la poca estima que algunos doctores dan a la vida y la salud de madres y niños.
Y eso que los italianos tienen buenos hospitales, equipamiento, les pagan bien, etc. Es denigrante que un medico pueda hacer lo que han hecho estos doctores y no sean destituídos de inmediato. Habria que poner penas mas severas para los medicos que cometen negligencias criminales.
ResponderEliminarLa medicina se ha convertido, muchas veces, en un vil negocio. Se ven casos surrealistas de como por dinero se cometen atrocidades contra los pacientes y eso se da tanto en países ricos como pobres. Se ha perdido la mística hipocrática y se ha convertido en un comercio en el que la vida humana deja de ser el fin supremo.
ResponderEliminarDarío, concuerdo contigo en que cualquiera que ponga en peligro la vida de un ser humano, merece una severa e inmediata sanción, con mayor razón si está llamado a salvar vidas como los médicos.
ResponderEliminarMassimo tiene razón en cuanto a la pérdida de mística e algunos galenos y la visión estrictamente comercial que algunos le dan al ejercicio de la medicina; sin embargo no debemos olvidar la entrega y ejemplar conducta de miles de médicos que socorren a los seres humanos en el mundo, calman su dolor, curan sus enfermedades y acompañan solidariamente a sus pacientes.
Gracias a ambos por acompañarnos.