En 1978 la confrontación interna generó un sangriento proceso que descompone a sus fuerzas armadas y al propio Estado. El Sha Muhammad Reza Pahlevi fue sustituido por un gobierno liberal que no pudo revertir la situación de anarquía y los grupos islámicos, comandados por sus líderes espirituales llevaron al poder a su máximo dirigente, el Ayatollah Ruhollah Jomeini, quien estuvo exiliado en París durante 15 años. Es así que a partir de 1979 se convierte en una nación islámica y pasó de ser un pilar de los intereses petroleros de Estados Unidos en su más tenaz enemigo en la región. Como reacción, la potencia mundial promueve acciones contra Irán entre sus vecinos, principalmente Irak, desencadenándose en 1980 una guerra por más de 8 años. Las elecciones presidenciales de 2009, oficialmente ganadas por el presidente Mahmoud Ahmadinejad, fueron objetadas por la oposición dándose multitudinarias manifestaciones por parte de los simpatizantes de su rival electoral, Mir-Hossein Mousavi, probablemente las mayores después de la revolución de 1979. En ese contexto, el país ha sido acusado de esconder un arsenal nuclear y vive la amenaza, no muy discreta, de una invasión norteamericana. En tanto, el gobierno iraní radicaliza su mensaje y busca alianzas con los enemigos de Estados Unidos, Hugo Chávez incluído.
Sarah Shorud recién liberada |
En el marco de esta tensa situación, Sarah Shourd, de 31 años, fue detenida junto a sus compañeros Shane Bauer y Josh Fattal, ambos de 27 años, el 31 de julio de 2009 cuando, según ellos, hacían senderismo en el Kurdistán iraquí y entraron por error en territorio iraní. El gobierno los detuvo con cargos de espionaje, que es severamente sancionado con penas que pueden llegar hasta la muerte. La semana pasada, un día después de que concluyese el Ramadán, el gobierno iraní anunciaba la liberación durante el fin de semana de Shourd por "compasión islámica" y atendiendo a que la joven tiene problemas de salud. Pero la justicia bloqueó primero la iniciativa del presidente Mahmud Ahmadineyad para luego proponer una liberación bajo fianza de medio millón de dólares, la que se hizo efectiva el 14 de septiembre. La joven excursionista fue entregada a representantes de la embajada de Suiza en Teherán tras ser liberada. Desde la revolución islámica de 1979, Washington no mantiene relaciones diplomáticas con Teherán, por lo que es la embajada suiza la que gestiona los intereses norteamericanos en Irán.
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha exhortado al Gobierno de Estados Unidos a que ponga en libertad a ocho iraníes que, según afirma, están encarcelados de forma ilegal en territorio estadounidense, aunque no dio a conocer sus nombres. El gobernante iraní se encuentra en Nueva York, donde participará de la Asamblea General Anual de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Entrevistado en ese país ha denominado como “gesto humanitario" a la liberación, esta semana, de la excursionista estadounidense Sarah Shourd. Mientras tanto, en un comunicado, el máximo responsable de la ONU recalcó "la importancia de respetar todos los derechos civiles y políticos fundamentales", aunque sin hacer mención especial a Irán. El comunicado señala también que Ban Ki Moon le ha dicho a Ahmadineyad que espera que Irán "participe de forma constructiva" para resolver la disputa sobre su programa nuclear con las potencias occidentales, que tienen previsto reunirse para tratar el polémico asunto atómico iraní en Nueva York.
La humanidad entera vio cómo Estados Unidos y sus aliados invadieron Irak el 20 de marzo de 2003, en ese entonces el presidente George W. Bush dijo que las razones para la invasión eran "desarmar a Irak de armas de destrucción masiva (ADM), poner fin al apoyo brindado por Saddam Hussein al terrorismo y lograr la libertad al pueblo iraquí."[ Al poco tiempo, algunos aliados se opusieron a la invasión como Francia, China, Rusia, Bélgica y Alemania y otros permanecieron alineados como Inglaterra, España, Portugal y Polonia. Nunca se pudieron exhibir las mencionadas armas, el terrorismo sigue creciendo a pesar del ajusticiamiento de Hussein, otrora aliado de Estados Unidos a quien financiaron en su lucha contra Irán, el 30 de diciembre de 2006 y el pueblo iraquí se siente tan oprimido como antes. La vida no ha valido mucho para los invasores, tanto que las cifras de muertos no se conoce exactamente y se especula que puede ser desde 100 mil a 1 millón de personas.
El Presidente Barack Obama, acaba de declarar el 31 de agosto de 2010, “el fin de las operaciones militares en Irak, luego de siete años de una guerra que costó la vida a más de cuatro mil soldados estadounidenses y unos 100 mil iraquíes”. Esperemos que no se tome la posta con Irán en una nueva aventura bélica que siga tiñendo de sangre al mundo y que siga abriendo heridas que alimentan al terrorismo y a los fundamentalistas de todos los signos y credos.
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