HIROSHIMA Y NAGASAKI: 66 AÑOS DEL HORROR NUCLEAR

A las 8:15 del 6 de agosto de 1945, el avión B29 Enola Gay, pilotado por el coronel Paul Tibbets, arrojó sobre Hiroshima, la bomba nuclear denominada Little Boy que explotó a 600 metros de tierra, a 244 metros de su objetivo, el puente Aioi, sobre una clínica quirúrgica. La detonación creó una explosión equivalente a 13 kilotones de TNT, elevó la temperatura en un millón de grados centígrados y se sintió hasta en 59 kilómetros, el 70% de los edificios de la ciudad fueron destruidos, 80 mil personas murieron en el instante y otras 60 mil fallecerían en los siguientes meses, más de la mitad de su población. A la media hora, se produjo una lluvia negra cargada de hollín y polvo y partículas radiactivas que extendieron sus efectos mortales. Se estima que las víctimas totales por efectos de la bomba llegaron a 200 mil. Los objetivos alternos fueron Kokura y Nagasaki, que se salvaron ese día.

El 8 de agosto, un millón y medio de soviéticos invadieron Manchuria sometiéndola de manera violenta y destructiva.



Nagasaki después de la bomba



A la 11:01 del 9 de agosto, el avión B29 Bockscar, comandado por el Capitán Kermit Beahan, linera la bomba cuyo nombre era Fat Man sobre Nagasaki,que hizo explosión a 469 metros de altura y a 3 kilómetros del objetivo esperado. La detonación fue equivalente a 22 kilotones y elevó la temperatura en 3,900 grados Celsius. El 40% de los edificios se destruyeron, el daño no fue mayor por las colinas y topografía del terreno. Murieron 40 mil personas y hasta diciembre del 45, los fallecidos llegaron a 80 mil. El número total de víctimas, por efectos de la bomba se calcula en 145 mil. Kokura, que fue el objetivo primario, se salvó por tener un cielo cubierto ese día.



USS Missouri



Como consecuencia, la rendición japonesa se hizo oficial el 2 de septiembre de 1945 abordo del USS Missouri, presidida por el General Mc Arthur, Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas. Un año después de los bombardeos, aproximadamente 40 mil soldados de ocupación se encontraban en Hiroshima y 27.000 en Nagasaki. Entre otras condiciones de la rendición, los japoneses admitieron cambios constitucionales, ocupación de su territorio (Okinawa permaneció ocupada por EEUU hasta 1972), instalación de numerosas bases militares y prohibición de constituir un ejército propio.



Maqueta de Hiroshima en el museo



Japón recuerda el holocausto nuclear, en el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima. Tiene una serie de monumentos como la Campana de la Paz, la llama de la Paz, que sólo se apagará cuando desaparezca la amenaza de aniquilación nuclear del planeta, el Museo Memorial de la Paz, etc. La explosión atómica de Hiroshima cayó a 150 metros de la Cúpula Genbaku, inaugurada 30 años antes para una exposición comercial. Debido a que la bomba detonó en el aire, la explosión se enfocó más hacia abajo que hacia los lados, por lo que el edificio pudo permanecer en pie a pesar de encontrarse a 150 metros de la zona cero.  El edificio fue preservado, hasta estos días, tal como quedó después del bombardeo y se mantiene como memorial de la destrucción atómica y como símbolo de esperanza por la paz, fue catalogado como Patrimonio de la humanidad en 1996 con la objeción de los Estados Unidos y China.

Con motivo del 66 aniversario de la explosión de Hiroshima, el Primer Ministro Naoto Kan hizo un llamamiento a favor de la desnuclearización y de la supresión de las armas de este tipo. Refiriéndose  a la crisis de Fukushima, señaló que “Deberíamos aspirar a convertirnos en una sociedad que no fuese dependiente de la energía atómica”



Vista de 180° del Parque Memorial de la Paz de Hiroshima. La Cúpula Genbaku, la cual permaneció en pie después del bombardeo, se ve claramente al centro de la imagen. El blanco original era el puente Aioi, a la izquierda en la vista panorámica.



A pesar que los Estados Unidos han justificado la muerte de 345 mil personas diciendo que hubiera costado más vidas si la guerra se prolongaba, que ambas ciudades serían bombardeadas de todas maneras y que su empleo demostró sus atroces efectos, los que han convencido a los demás países para no usarla; queda claro que Japón se hubiera rendido si no fuera por la obstinación norteamericana de pedir la disolución del régimen imperial, que las ciudades no eran objetivos militares y que su población civil era predominante sobre los militares, que el uso de las bombas fue un mensaje para su nuevo enemigo, la Unión Soviética y que aun justificando la primera bomba, no se tenía porqué lanzar la segunda sino esperar la rendición que era inminente. El mundo no se recupera todavía de esta muestra de salvajismo que nos llena de vergüenza y horror.