Hay una moda que causa furor en los jóvenes europeos que pretenden embriagarse rápidamente, de manera económica e innovadora. Son los llamados Oxy Shots y se conocen como una forma juvenil para ingerir alcohol en estado gaseoso, sin padecer los sabores fuertes que posee que causan ardor estomacal. Los promotores aseguran que no produce resaca, aunque ocultan los graves efectos que puede ocasionar para la salud. Esta tendencia, que se expende muchas veces a menores de edad, no permite a los jóvenes medir la cantidad que van ingiriendo por lo que, con mucha frecuencia pierden la conciencia en los bares o en sus inmediaciones. En este verano del hemisferio norte, sus comerciantes están obteniendo pingües ganancias en discotecas y bares en las zonas de turismo famosas por ofrecer playa, calor y diversión como Mallorca, la más grande de las Islas Baleares.
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En este ambiente ha proliferado el consumo de los Oxy Shots que consisten en inhalar alcohol a través de un tubo con un dispositivo que convierte el alcohol en vapor que, en lugar de beberse, se inhala y potencia sus efectos. El precio fluctúa entre los 4 y 8 euros. Su expendio indiscriminado ha preocupado a Consejería de Salud del Gobierno balear que, en colaboración con la Guardia Civil, lleva a cabo una campaña de inspección para verificar las condiciones sanitarias y el expendio a menores y si se hace un uso inadecuado del material que utilizan para convertirlo en gas, ya que es de uso exclusivo bajo prescripción médica. Además, se ha detectado una falta de higiene de los filtros por los que se inhala el producto. Hay dos sistemas en función de cómo se impulse el "shot"; en uno de ellos se utilizan pequeñas botellas de aire comprimido y en el otro es una botella de oxígeno la que mezcla el líquido que debe ser "aspirado" a través de una boquilla.
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Y QUE SIGA LA JUERGA, HAY QUE GOZAR
ResponderEliminarAnónimo, el problema de esas juergas es que pueden costarle la vida a cualquiera. Los Estados deben garantizar la salud de los ciudadanos. Las bebidas alcohólicas pagan altísimos impuestos y esas tasas deben servir para orientar y proteger al consumidor.
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